Se vale no saber

• Esta vez fue un “no se pudo” en lugar de “no pude”.

Por Paulina Majul Rubio*

Yo no me podía equivocar, si decía algo era porque así era, no había manera de que no; necia de que las cosas eran como yo las dije. “Puedo no estar segura de muchas cosas, pero si estoy segura de algo es porque tengo razón”, es lo que yo solía decir y me lo creí mucho tiempo, sin embargo, finalmente entendí que las cosas cambian, las personas cambian, y que tengo derecho a equivocarme y cambiar de opinión.

Toda la vida me he caracterizado como una persona intensa y perseverante, pero también necia y a veces en exceso. Confundí durante mucho tiempo la perseverancia con la necedad, forzando las cosas cuando en realidad debería soltarlas; una cosa es luchar por algo, pero llega un punto en el que uno lucha contra la pared. Poco a poco empecé a entenderlo y aun cuando ya lo había entendido, seguía necia queriendo no entender. Hoy puedo decir que ya aprendí a controlar mi necedad, a veces podrá fallarme, pero en el momento en el que me cacho peleando contra un muro, decido darme la vuelta y dejarlo por la paz.

Por ejemplo; he estado trabajando en un cortometraje para el cual quería a una actriz en específico, desde ese momento, empecé a moverme por donde pudiera para lograr trabajar con ella, llegué a asegurar que se lograría. Después de mucha paciencia y trabajo logré llegar a ella; sin embargo, al final no se logró tenerla como parte del proyecto. Mi yo de antes hubiera seguido neceando, atrasando la fecha y asegurando que yo podría lograrlo, pero mi yo de hoy decidió seguir adelante. La historia se contaría con o sin ella, y más que la actriz, lo que importa es la visión de la historia en general. A poco tiempo de grabar, estoy muy en paz con las decisiones que hemos tomado todos como equipo, y con respecto a la actriz; entendí que esta vez fue un “no se pudo” en lugar de “no pude”, me hubiera encantado tenerla, pero entiendo que las razones por las que no puede ser parte no dependían ni de mí ni de todo lo que hiciera para lograrlo. No fallé, hice todo lo que pude y simplemente no se dio.

Dicho esto, no busco transmitir una mentalidad de derrota, de que cuando algo se complica hay que dejarlo, al contrario. Lo que intento enseñar es que hay límites y hay que estar en contacto con esos límites, cuando ya no hay a dónde más es porque ya no hay más. Usando el mismo ejemplo de la actriz, puedo decir que si yo hubiera seguido insistiendo, usando todo mi tiempo y energía en ese ámbito, probablemente hubiera soltado otras miles de cosas tan importantes para el proyecto. Lo mismo pasa en la vida; puede parecer muy inofensivo mantenerse bajo una idea o postura que no funciona, pero en cuanto menos nos demos cuenta, nuestra mente estará girando alrededor de ello y estampándonos contra la pared. Entonces no, hay que perseverar cuando algo se complica, cuando hay retos, pero hay que conectar con el cerebro al igual que con el corazón y sin mucho trabajo, ambos nos darán la respuesta y nos harán entender cuando todavía se puede o cuando ya no. ¿Queremos alargar el estrés y desesperación hasta que nos derroten? No lo creo.

Sigo y seguiré siendo intensa y perseverante, pero finalmente puedo entender que cuando es no es no. Se vale tener toda la esperanza y todas las ganas de lograr algo, se vale creer que si al principio está funcionando así seguirá siendo, pero si pasa el tiempo y todo cambia, se vale admitir que nos equivocamos al pensar que todo se daría como creíamos y también, se vale dejarlo ir.

Hoy creo en muchas cosas, hoy me siento segura de muchas cosas, pero la vida da muchas vueltas, todo cambia y nosotros también, y por ende, se vale volver a elegir.

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