El Chiflón

Para los amantes del ecoturismo, éste es un punto imperdible, con actividades como la observación de flora y fauna, senderismo y safaris fotográficos.

Por Mónica Silva Dávila

El lunes pasado visité, junto con dos amigas de la oficina, un atractivo turístico natural de Saltillo, El Chiflón, al cual tenía más de 15 años de no ir. Fuimos a realizar un diagnóstico y a evaluar la posibilidad de que los dueños, de uso común, puedan ofrecer algún servicio a los paseantes que van sin tocar base.

Y esto en el mundo del turismo es muy común, es fácil para los turistas entrar a propiedad privada, es sencillo también para ellos pagarle a un operador turístico y éstos no ofrecer un pago por el ingreso, vaya, ni siquiera tienen la cortesía de avisar a los propietarios. Es muy fácil no ser un turista responsable.

El problema aquí no es la educación o la cultura de los viajeros o de los operadores, el punto es que, en el caso de quienes viven de El Chiflón, el turismo ha representado por más de 30 años un serio problema.

El Chiflón es un oasis en medio del desierto, ubicado a 37 kilómetros de Saltillo y vecino de Rincón Colorado. Desde la carretera, uno no se imagina lo que guardan esas sierras. Su tesoro, una cascada bien formada cuando llueve, que uniendo sus diferentes niveles alcanza una altura de 50 metros. Cuando el agua está quieta pueden apreciarse diversos tonos color turquesa. La vegetación es desértica, se mezcla un poco con los invasores carrizos y la vegetación riparia en los cuerpos de agua, incluso es común ver langostinos. En esta ocasión vimos un paisaje lleno de flores rosas de las biznagas.

Para los amantes del ecoturismo y del turismo rural éste es un punto imperdible con actividades como la observación de flora y fauna, talleres de educación ambiental, senderismo, safaris fotográficos, agroturismo y vivencias místicas, por mencionar algunas, que son idóneas para este rincón de la capital de Coahuila.

En la caminata, de un poco más de hora y media hasta llegar a la parte media de la cascada, siempre te van acompañando dos mangueras, éstas llevan el agua hasta las comunidades rurales. Por lo que el problema para los ejidatarios y pequeños propietarios es que los turistas entran sin avisar, o avisan y pagan a quienes no son dueños del uso común. Quiero pensar que es sin querer que meten a sus mascotas a los cuerpos de agua, se bañan, pisan mangueras y las desconectan, aunque sean importantes para ellos, sus familias y parcelas.

Y es cuando los ejidatarios hacen senderismo de una a tres veces por semana, revisando los tramos de manguera y viendo cuál desconectaron, levantan la basura que dejan o qué mascota murió en el trayecto y la aventaron, contaminando el agua.

Ya saben, el gobierno federal retiró los programas para que ellos puedan tener un mejor sistema de agua. Justo este tema debería poder bajarse unos escaños para que tengan injerencia los órdenes de gobierno municipal y estatal.

Por otro lado, la regulación de la tenencia de la tierra para fijar las rutas o senderos que se utilizarán y el ordenamiento turístico del lugar, lo estableceremos en asambleas ejidales y reuniones con los involucrados en el tema, para que sean ellos mismos, los ejidatarios, quienes brinden un espacio para estacionamiento, ofrezcan alimentos y hospedaje, vendan los productos que elaboran, inviten a los visitantes a conocer cómo viven y de qué viven, platiquen con los turistas, antes de iniciar su trayecto, sobre la importancia de conservar El Chiflón y, sobre todo, para que sean ellos mismos quienes acompañen a los paseantes.

Con lo anterior, iniciará la promoción y difusión de las comunidades rurales y de este gran atractivo turístico natural y se invitará a los operadores turísticos para que, de este lado, vivan la experiencia turística sustentable, en la que se integrará a los habitantes del lugar, se conservará el entorno y dejará una derrama justa para todos los involucrados.

Y así, como un chiflón es una cadena de cascadas que se forman por un cauce, podemos ayudar a nuestras comunidades rurales, brindándoles alternativas de subsistencia como el turismo sustentable para que puedan enfrentar no sólo a un mal gobierno, sino al potente cambio climático que está encima.

Twitter: @desertique

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