López Obrador, entre el resentimiento y el pleito

En esta semana, el Presidente de la República se enfrascó en un pleitoreclamación con la jefa de la corresponsalía en México del prestigiado periódico New York Times, Natalie Kitroeff, premiada y experimentada periodista radicada en nuestro país. El motivo fue un ...

En esta semana, el Presidente de la República se enfrascó en un pleito-reclamación con la jefa de la corresponsalía en México del prestigiado periódico New York Times, Natalie Kitroeff, premiada y experimentada periodista radicada en nuestro país. El motivo fue un artículo publicado en ese diario en el que se infiere que el mandatario mexicano tuvo en 2018 contacto con organizaciones del narcotráfico, incluso, que sus hijos recibieron dinero de éstas.

En un arranque desproporcionado de reclamo y enojo, el mandatario mexicano definió a uno de los periódicos más influyentes y respetados en el mundo como un “pasquín inmundo”. En un acto inédito, presentó los datos personales de la citada periodista, incluyendo el número de su celular personal.

El mismo periódico respondió en un breve, pero contundente comunicado: “Esta es una táctica preocupante e inaceptable por parte de un líder mundial en un momento en el que las amenazas contra las periodistas van en aumento. Hemos publicado el artículo en cuestión y respaldamos nuestro trabajo de reportería y a los periodistas que van en pos de la información adonde sea que esta se encuentre”.

López Obrador anunció que exigirá una aclaración al presidente Biden. Obviamente, la Casa Blanca se deslindó del citado artículo reiterando que mantiene una buena relación con el Presidente mexicano; como escribió Jorge Castañeda: “El desmentido por la Casa Blanca se inscribe en una serie ya larga de apoyos constantes por parte de las administraciones de Trump y Biden a López Obrador, tal y como señala el New York Times, por tratarse de alguien que le hace el trabajo sucio a Estados Unidos en materia migratoria. Nadie quiere poner en peligro esa faena, y saben que un personaje volátil, al final de su mandato y acosado en múltiples frentes, puede responder de manera impredecible ante las acusaciones de este tipo”.

El presidente respondió airadamente a Jésica Zermeño, corresponsal de Univisión en México, quien le cuestionó haber hecho público el teléfono celular de la citada periodista: “Ustedes se sienten bordados a mano, como una casta divina, privilegiada, pueden calumniar impunemente, como lo han hecho con nosotros, como lo dimos a conocer ayer y no los puede uno tocar ni con el pétalo de una rosa”; se atrevió a recomendar a la corresponsal extranjera que “cambie su teléfono…”.

Ya es costumbre que el Presidente sea intolerante a las críticas propias de su función; ha verbalizado ataques a periodistas, intelectuales y analistas políticos entre otros: Héctor Aguilar Camín, Enrique Krauze, Carlos Loret de Mola, María Amparo Casar. Hace unos días, el director del Fondo de Cultura Económica, Paco Ignacio Taibo II, amigo cercano del Presidente, entrevistado para conocer su opinión sobre este asunto dijo: “Sugeriría que se queden en su esquina o que vayan cambiando de país”, y cuando se le preguntó si sus palabras eran una amenaza contestó con sorna: “Es un consejo fraternal”.

El hecho de que el Presidente hizo público el teléfono personal de la citada periodista derivó en que el Instituto Nacional de Transparencia y Protección de Datos Personales (Inai) inicie una investigación por la cual se trata de dictaminar si López Obrador violó la legislación mexicana que protege los datos personales; “cualquier autoridad debe cumplir la ley. Absolutamente nadie puede estar por encima de ella” declaró el consejero presidente, Adrián Alcalá.

Más allá de este incidente, es preocupante ver al Presidente cada vez más irritado, intolerante y agresivo. ¿Será que sabe que su tiempo se acaba y la Cuarta Transformación quedó muy lejos de lo que él deseaba? ¿Será que sus encuestas indican que la sucesión presidencial no está decidida en favor de su preferida?

Si bien Claudia Sheinbaum tiene una ventaja significativa sobre Xóchitl Gálvez, ésta última ha demostrado resiliencia y ambición política, se alejó de su discurso original y ha empezado a dar a conocer su faceta como una experimentada política. Los debates que se prevén tener en unos meses serán críticos para influir en la preferencia del electorado, más allá de la popularidad de que goza aun López Obrador.

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