Sorpresas te da la vida... Cuba- Estados Unidos (I)

El inesperado anuncio de los presidentes Barack Obama y Raúl Castro de iniciar la normalización de las relaciones diplomáticas entre sus dos países tomó a casi todo el mundo desprevenido. Se sabía que en los últimos meses se llevaron a cabo negociaciones secretas entre los dos gobiernos, con algún tipo de intervención del papa Francisco.

Las reacciones en favor y en contra no se dejaron esperar. Al momento de escribir esta entrega, hay voces de incredulidad, enojo y alegría; que seguro se exacerbarán en los próximos meses. No es difícil de imaginarse la intensidad del debate que se tendrá en el Congreso de Estados Unidos cuando se discuta el levantamiento del embargo establecido en 1960 contra la isla caribeña.

¿Veremos al Presidente cubano caminar por los pasillos de la Casa Blanca como lo hizo su hermano Fidel y sus compañeros revolucionarios hace 55 años? ¿Habrá pronto una recepción en la embajada estadunidense en La Habana con ron y puros, combinados con hot dogs y Coca-Cola? O es en un aspecto que no nos debe interesar más: ¿cambiarán los viajes de los retirados y turistas del país del norte a Cancún y Los Cabos, por las igualmente bellas playas cubanas?

Esta noticia tiene, además, un elemento fascinante: la mencionada intermediación del papa Francisco. Personaje que ha sacudido a la anquilosada “curia” vaticana quien se muestra perpleja por la manera en que su líder concibe su apostolado, tanto en formas como en fondo.

Pocas instituciones en el mundo han sobrevivido siglos con un entramado político tan complejo como el de la Iglesia católica. Como gobierno que es, el Vaticano goza de una fama indiscutida por su habilidad y sapiencia política acumulada a lo largo de siglos; sus estructuras internas de poder son complejas con apego a dogmas, principios, inercias y prácticas que han sido casi inamovibles. Los escándalos de pederastia, la pérdida de fieles, los problemas para reclutar nuevos sacerdotes y monjas, explican en parte por qué fue electo un papa jesuita. Francisco entiende que el cambio es indispensable para adaptar su Iglesia a los nuevos tiempos y con ello acercarla a sus fieles.

La noticia reúne tres elementos en apariencia distantes y encontrados: el Presidente del país capitalista más poderoso y rico de la Tierra, el líder de un pequeño país pobre —reducto del idealismo sesentero del comunismo tropical— y el líder espiritual reformista de una Iglesia que se opone al aborto y al matrimonio entre personas del mismo sexo.

La noticia se da cuando la atención mundial se concentra en otros temas de enorme trascendencia: la posible formación de un mercado mundial de energía distinto al establecido hace casi 100 años, la aparente vuelta a la Guerra Fría que se pensaba superada, las revueltas sociales violentas y otros tantos acontecimientos que reflejan el enojo y el hartazgo de la gente común que protesta contra gobiernos represores, la discriminación racial, el desempleo, el daño al medio ambiente y el desprestigio de políticos y funcionarios. El potencial  de la cibernética como herramienta de desarrollo y difusión del conocimiento sin parangón en la historia del hombre que se acompaña de riesgos con la amenaza contra la privacidad y las nuevas formas de “guerra” contra el orden establecido.

Somos testigos y actores de cambios que parecen dirigirnos hacia nuevas formas de organización social y política tanto en el interior de los países como en el orden internacional, así como en la dimensión global.

México no debe estar exento, de hecho no lo está, de estas transformaciones. Hay múltiples expresiones de la sociedad que nos dicen que el país ha cambiado, pero que requiere hacerlo aún más, mucho más. En el ámbito nacional este año también tuvimos nuestra dosis de sorpresas, con cambios que rompieron tabúes en varios frentes arraigados desde hace muchos años que generaron esperanza y frustración. La violencia se hizo presente de manera brutal, nos recordó que tenemos atrasos y asignaturas pendientes para lograr una convivencia social con armonía. Terminamos 2014 en un ambiente generalizado de expectativa, dolor, miedo e incertidumbre.

No es consuelo, pero no somos el único país, somos parte de la sociedad global que se encamina a una nueva etapa. El reto es no dejar pasar la oportunidad y subirnos al tren bala.

                *Director Grupo Atalaya    

                Twitter: @GustavoMohar