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Esperanzas y realidades migratorias en 2014

Gustavo Mohar

Gustavo Mohar

2013 no fue un buen año para los migrantes en todo el mundo. No obstante que según la Organización Mundial para la Migraciones, cerca de mil millones de seres humanos  viven hoy fuera de su país de origen, que se ha comprobado, una y otra vez, que las políticas de control fronterizo, de deportaciones masivas, de restricciones de ingreso, de huellas biométricas, retenes, murallas y miles de agentes fronterizos, no han sido capaces de disuadir a miles de hombres, mujeres y niños decididos a buscar una oportunidad de mejor vida, los gobiernos han demostrado su incapacidad para enfrentar estas realidades de otra manera.

Con la salvedad obvia del caso, los movimientos de personas sin papeles, así como la fútil batalla contra el narcotráfico y el creciente consumo de drogas, son dos ejemplos donde se ha hecho evidente la carencia de imaginación de políticos, académicos y organizaciones de la sociedad civil interesados en estos temas. La aventurada apuesta del gobierno y sociedad uruguaya es la excepción. Veremos si el tiempo confirma la validez de los supuestos en que fundaron su audaz decisión de legalizar la producción, distribución y consumo de mariguana. No en balde la prestigiada revista The Economist, lo seleccionó como el “país del año”, distinción por primera vez otorgada en 170 años de existencia de esa publicación.

Los hechos demostraron, a lo largo del año pasado, que prevalecen políticas, prácticas y prejuicios que no van al fondo de las causas que generan uno y otro comportamiento humano.

Cabe preguntarse una vez más: ¿Qué impulsa a los migrantes del norte de África a arriesgar sus vidas al cruzar el Mediterráneo en frágiles botes atiborrados? ¿Por qué los hondureños, salvadoreños y guatemaltecos insisten en adentrarse por la frontera sur de México y poner en riesgo su integridad física al subirse a La Bestia o caer en la trampa de cobardes coyotes que los entregan a delincuentes que los secuestran, violan o asesinan? ¿Porqué aumenta el flujo de niños viajando solos hacia Estados Unidos?

2014 será el año en el cual sabremos si los cerca de siete millones de paisanos radicados en Estados Unidos tendrán o no la posibilidad de regularizar su condición migratoria y salir así de las sombras en que se han visto obligados a vivir.

Hay un cierto consenso en los actores relevantes de ese país de que las posibilidades de que ello suceda son mínimas. Hay quien sostiene que la reforma migratoria está muerta, hay otras voces que sostienen que podría darse una sorpresa y que, en un cálculo político-electoral, el líder de la Cámara de Representantes, John Boehner, maniobrará con sus colegas republicanos para impulsar un cambio legislativo que atempere el enfrentamiento que su partido tiene hoy con el votante hispano.

En México, es previsible que los flujos de centroamericanos hacia la frontera norte se incrementen. Los datos disponibles así lo confirman: por primera vez, las detenciones de nacionales de esa región por la Patrulla Fronteriza es mayor que la de mexicanos, comentó un alto funcionario del Departamento de Seguridad Interna.

Ello, inevitablemente, llevará la atención hacia nuestra frontera sur. Surgirán de nuevo las preguntas que no hemos podido responder: ¿Adoptaremos una política más agresiva de control, detención y deportación de migrantes indocumentados? ¿Daremos facilidades para transitar por nuestro territorio? ¿Se podrá establecer una verdadera cooperación con los gobiernos del Istmo Centroamericano para trabajar juntos en una política integral de desarrollo, seguridad y migración?

Es probable que, con o sin reforma migratoria, las deportaciones de mexicanos desde Estados Unidos continúen. El gobierno demócrata del presidente Obama ha batido récords en la expulsión de indocumentados: ¡Cerca de dos millones en lo que lleva su administración! La reinserción de cientos de miles de familias mexicanas (muchas de ellas viviendo en ese país durante  años)  a sus lugares de origen o en otros destinos, plantea un reto mayúsculo. He sostenido que, en materia migratoria, no hay soluciones fáciles, esta no es ni mucho menos la excepción, pero dar la bienvenida y facilitar el  regreso a nuestro paisanos es una obligación de todos.

                *Consultor independiente

                gustavo.mohar@gmail.com

                Twitter: @GustavoMohar

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