La serie de Chespirito, entre el homenaje y la polémica
Queridos lectores de Función, de Excélsior, hoy quiero hablar de un fenómeno que ha sacudido no sólo al mundo del entretenimiento, sino a toda Latinoamérica: la tan esperada y también muy cuestionada serie biográfica sobreRoberto Gómez Bolaños, mejor conocido como ...
Queridos lectores de Función, de Excélsior, hoy quiero hablar de un fenómeno que ha sacudido no sólo al mundo del entretenimiento, sino a toda Latinoamérica: la tan esperada —y también muy cuestionada— serie biográfica sobre
Roberto Gómez Bolaños, mejor conocido como Chespirito.
Sí, esa figura entrañable que nos hizo reír por décadas con El Chavo del 8, El Chapulín Colorado y Los Caquitos, y que hoy, paradójicamente, es motivo de división. Seis capítulos han bastado para encender pasiones, remover recuerdos y también sacar a flote heridas no del todo cerradas.
Desde el estreno, la producción —que presume el respaldo de sus hijos, especialmente Roberto Gómez
Fernández— ha sido señalada por varios frentes. Por un lado, los fanáticos de hueso colorado que crecieron con la vecindad y que celebran ver una recreación bien cuidada de los primeros años de Chespirito en Televisa, sus inicios como creativo y su lucha por abrirse paso en un mundo lleno de tiburones.
Pero, por el otro, hay quienes acusan que esta serie parece una versión oficialista, en la que se omiten detalles clave y se maquilla la figura de Bolaños. ¿Dónde están las tensiones con Ramón Valdés?, ¿qué hay de las verdaderas razones de la salida de Carlos Villagrán y María Antonieta de las Nieves? y ¿el conflicto con Televisa en sus últimos años?
Seamos honestos, Chespirito fue un genio, sí, pero también un hombre de poder, celoso de su obra y con un carácter que no siempre fue tan bonachón como el del Chavo.
En lo técnico, las actuaciones están bien dirigidas, la escenografía es impecable y el actor que interpreta a
Roberto logra transmitir ese aire tímido, pero astuto, del original. Aunque a nivel narrativo hay omisiones notables. La historia parece más interesada en enaltecer que en explorar con profundidad.
¿Es esto lo que necesita el legado de Chespirito? ¿Un retrato edulcorado o una exploración valiente de sus luces y sombras?
Los próximos capítulos podrían darnos más respuestas… o seguir esquivando la parte menos cómoda del relato. Lo que es un hecho es que la serie ha logrado lo que toda buena producción debería: poner a todos a hablar.
Y tú, ¿qué opinas? ¿Es esta serie una carta de amor o una biografía a modo?
