Historias de éxito de la cooperación de la UE en México
Gautier Mignot
La Unión Europea (UE), sus 27 Estados miembros y sus instituciones financieras como el Banco Europeo de Inversiones, lo que ahora designamos como “Equipo Europa”, somos el primer donante mundial para el desarrollo sostenible y el cambio climático. Nuestra ayuda pública al desarrollo se aproxima a 0.5% del PIB europeo.
Desde que México alcanzó el estatus de país de renta media alta, nuestra cooperación en este país se ha enfocado en la asistencia técnica y el intercambio de experiencias, en parte desde programas globales o a nivel latinoamericano. Nuestro objetivo general es apoyar los esfuerzos de México para modernizar políticas públicas y legislaciones que le permitan alcanzar los Objetivos de Desarrollo Sostenible. Nuestras acciones, que involucran a instituciones de los poderes ejecutivos y legislativos, tanto federales como estatales y locales, a la sociedad civil y al sector privado, se implementan a través de las agencias de cooperación de nuestros Estados miembros, agencias de las Naciones Unidas, bancos de desarrollo, ONG y otros actores.
Para el periodo 2021-2027, 60 millones de euros están asignados para nuestra cooperación en México. Nuestras tres prioridades —la transición verde, la cohesión social, así como los derechos fundamentales y la gobernanza— reflejan nuestras prioridades globales y también los fundamentos de la asociación estratégica UE-México. Creemos que el modelo social europeo, basado en valores globales como la paz, la dignidad humana y la preservación del planeta, puede inspirar el modelo de desarrollo de México.
Esta cooperación abarca también una dimensión regional, apoyando por ejemplo el Plan de desarrollo integral concebido bajo el impulso de México para fomentar el desarrollo en América Central y, en un futuro, el plan de resiliencia sanitaria elaborado por la CELAC durante la presidencia pro tempore de México.
Por sus características, nuestra cooperación no siempre es muy visible o bien conocida, pero sí tiene un poderoso carácter transformativo de las políticas públicas y, por ende, de la vida de los ciudadanos. Los resultados se dan, incluso, en temas que a veces parecen difíciles de solucionar.
Un ejemplo es el plan de integración local que hemos financiado desde 2016 a través de ACNUR, la Agencia de la ONU para los Refugiados, y en colaboración con autoridades mexicanas relevantes. Hemos apoyado a 25 mil refugiados a encontrar un trabajo formal en más de 400 empresas, facilitando soluciones en materia de alojamiento, educación para sus hijos, etcétera. Son miles de historias individuales y familiares de integración exitosa y duradera.
Otro ejemplo es la búsqueda de personas desaparecidas. Apoyamos en varios estados de la República, a través de una ONG especializada, la implementación de la estrategia adoptada por el gobierno federal y autoridades locales para lograr una identificación masiva de restos humanos y así abordar el inmenso rezago en este rubro. Los primeros resultados son visibles en estados como Coahuila, donde decenas de cuerpos o restos humanos ya han sido identificados y entregados a familiares de las víctimas.
En todos estos temas, trabajamos en confianza con las autoridades mexicanas y de la mano con nuestros Estados miembros. Es así que desarrollamos Iniciativas del Equipo Europa a nivel nacional o regional cubriendo varias de nuestras prioridades para fijarnos los mismos objetivos y reforzar sinergias. Queremos también implementar nuevas herramientas financieras como garantías y combinación de préstamos-subsidios, en el marco del Global Gateway, nuestra nueva estrategia para conectar a todos los pueblos del planeta de forma sostenible y respetuosa de la soberanía de cada cual. En México como en el mundo, la cooperación europea trabaja por el bien de los pueblos y del planeta.
* Embajador de la Unión Europea en México
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