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Un año de pandemia

Francisco Guerrero Aguirre

Francisco Guerrero Aguirre

Punto de equilibrio

Un año después de que la Organización Mundial de la Salud (OMS) anunciara que covid-19 podía caracterizarse como una pandemia, el balance de la emergencia sanitaria es devastador. El corte de caja arroja un saldo escalofriante. Desde que se registró el primer caso en Wuhan, se han reportado más de 119 millones de personas contagiadas con coronavirus; 67.5 millones han logrado recuperarse; y cerca de 2.64 millones de personas han perdido la batalla.

Previo a la pandemia, América Latina y el Caribe ya registraban un incipiente crecimiento económico. Como consecuencia de la emergencia sanitaria y la necesidad de implementar medidas de distanciamiento social, restricciones a la movilidad y cierre de actividades productivas, la situación empeoró drásticamente y la región ha tenido que enfrentar los efectos de este cataclismo sanitario.

La contracción de la actividad económica, con una caída estimada del PIB de -7.7% para 2020, se ha visto empeorada por altos índices de desempleo que, según datos de la Cepal, cerró el 2020 en 10.7% y un incremento alarmante en los índices de pobreza y desigualdad, con 22 millones de personas más en la pobreza.

La crisis ocasionada por la pandemia se agudiza más en la medida en que son los grupos vulnerables quienes se han visto más afectados. Mujeres, adultos mayores, población en situación de pobreza, trabajadores en la informalidad y migrantes, por mencionar algunos, son quienes han sufrido de manera más intensa los efectos de la emergencia sanitaria.

El 8 de diciembre de 2020, una abuela británica de 91 años edad se convirtió en la primera persona en el planeta en recibir la vacuna contra covid. Desde entonces, de acuerdo con información de Our World Data, un proyecto de investigación sobre la administración de vacunas de la Universidad de Oxford, diez vacunas diferentes están siendo administradas alrededor del mundo.

A la fecha, más de 345.2 millones de dosis de vacunas han sido aplicadas, lo que equivale a 4.5 dosis por cada 100 personas. Sin embargo, existe una amplia brecha entre los programas de vacunación en diferentes países, muchos de los cuales aún no han tenido la posibilidad de administrar ni siquiera una primera dosis.

Con razón, el secretario general de la OEA, Luis Almagro, recordó que ningún país estará a salvo hasta que todos lo estén, e hizo un llamado para aumentar de manera masiva la “producción de vacunas y para el establecimiento de precios más asequibles, que permitan a los países en desarrollo asegurar las vacunas e inocular a su pueblo”.

Si bien el panorama presenta grandes desafíos, la pandemia también nos ha dejado lecciones aprendidas y nos ha hecho ajustarnos a las circunstancias para poder proseguir con nuestro trabajo. Ese ha sido el caso de la democracia en la región.

A pesar de las restricciones de movilidad, el cierre de fronteras y los complejos retos que han debido enfrentar las autoridades electorales, la OEA logró implementar una metodología segura para poder desplegar Misiones de Observación Electoral (MOE) en varios países durante este año de pandemia.

En el mes de marzo de 2020, justo cuando se declaraba la emergencia sanitaria a nivel global, la OEA tenía misiones de observación en Guyana y República Dominicana. En el transcurso del año, se desplegaron MOEs en Surinam, Bolivia, Estados Unidos y Brasil. Durante 2021, se han desplegado nuevas misiones en Perú, Ecuador, El Salvador y Honduras.

 balance

La pandemia ha puesto al descubierto nuestras más complejas vulnerabilidades, así como las profundas contradicciones en las que se encuentra sumergida la sociedad. No obstante, nos ha permitido desarrollar y fortalecer capacidades de adaptación y de resiliencia.

La vacuna nos ha devuelto la esperanza. Sin embargo, los efectos de la pandemia persistirán por mucho tiempo. Hacia adelante, la unidad, la solidaridad, y la cooperación multilateral serán esenciales para asegurar el regreso a la senda del crecimiento económico, el desarrollo integral y el sostenimiento y fortalecimiento de las instituciones democráticas.

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