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Marko Cortés frente a sus críticos

Francisco Garfias

Francisco Garfias

Arsenal

Marko Cortés vive los momentos más difíciles desde que asumió por primera vez la presidencia del PAN, en noviembre del 2018. Ha recibido fuertes críticas de panistas históricos  —Ernesto Ruffo—; exdirigentes nacionales del  PAN —Damián Zepeda— o gobernadores —Martín Orozco—.

“Siempre han sido las mismas voces, pero  hay una nueva generación que hoy gobierna y está con el proyecto del PAN”, minimiza.

En esa “nueva generación” menciona, entre otros, a Tere Jiménez, Maru Campos, Mauricio Vila, Diego Sinhue, Alejandra Gutiérrez, Renán Barrera, Santiago Taboada y Mauricio Tabe…  

El jefe nacional del azul no se engancha con las críticas. Sabe que su reto es reunir al panismo, apuntalarlo. “No me ayuda polemizar. Lo importante es que nos unamos para enfrentar los retos”, subraya,

En charla, celebrada en sus oficinas del CEN, evita responder a la mayoría de sus detractores. Los invita, eso sí, a “jalar antes que criticar”.

Hace una excepción con Damián Zepeda. El senador dice que Marko es muy “chiquito” para la tarea que desempeña. El jefe nacional tiene una explicación a ese rechazo del legislador. “Tal vez se da cuenta que sus aspiraciones no son atendidas”, señala.

Habla también de la alianza Va por México. Dice que antes de 2024, PRI-PAN y PRD deben estar unidos en lo legislativo. “Primero es defender a México y después la decisión del candidato presidencial”, recalca.

La charla nos dejó claro que no va a ser fácil que Acción Nacional acepte postular, en el 2024, un candidato externo. Ni del PRI ni del PRD. Mucho menos a un exmoreno. Aclara que no está cerrado a un abanderado o a un aspirante de la sociedad civil.

Presume que su partido tiene “buenas cartas” para competir en el 2024: Ricardo Anaya, Vila, Maru, Creel, Sinhue, Cabeza de Vaca y Romero Hicks.

Otro aspecto de la alianza Va por México, conformada por PAN-PRI-PRD, es que afirma que su principal logro fue evitar que Morena y sus incondicionales en San Lázaro lograran una mayoría calificada.

“El INE estaría ya sin los consejeros actuales y la reforma eléctrica se hubiese aprobado en el Congreso. Eso demuestra que sí hay un bloque sólido”, asegura.

Aprovecha para abundar sobre la reforma eléctrica. Dice que la alianza busca cómo mejorar el tema energético, para que la gente pague menos por la luz.

¿Cómo? Hay que ampliar la oferta de energías limpias, que haya competencia, apertura y certeza jurídica. “Lo que no va a pasar es esa reforma regresiva que envió el Ejecutivo”, afirma.

Le recordamos que Rubén Moreira, coordinador de la bancada tricolor en San Lázaro, ha mostrado una actitud ambigua sobre el tema y que con los votos del PRI puede pasar. “La reforma no está muerta”, dijo el coahuilense.

—¿Confías en el PRI?—, le preguntamos.

—Es un viajero necesario—, respondió, sin más.

 

* Si la elección del candidato o candidata de Morena a la Presidencia de la República se resolviera en un casino, apostaría que la ganadora será Claudia Sheinbaum.

López Obrador, hombre de ideas fijas, la respalda abiertamente. Ya le levantó el brazo, se la llevó de gira, la apapacha, la placea cada que puede y ella se deja querer.

¿Alguien quiere apostar?

 

* Por cierto, el Presidente ya dio línea. El abanderado o abanderada de Morena será elegido en una encuesta. Sobra decir que es el método más favorable a un dedazo disfrazado. 

Es opaco y, por lo tanto, fácil de manipular. No hay observadores electorales independientes. Lo sabe López Obrador. Lo saben los aspirantes. 

Uno de ellos, Ricardo Monreal,  ya  experimentó el método cuando quiso ser jefe de Gobierno de la CDMX. Las encuestas lo pusieron en tercer lugar, detrás de Claudia Sheinbaum y de ¡Martí Batres

Por eso anda en campaña promoviendo elecciones primarias, con la advertencia de que si no hay piso parejo, habrá un choque interno en Morena.

Sobre las declaraciones de López Obrador de que apoyará al candidato o candidata que gane la encuesta, el senador dijo ayer:

“El Presidente tiene su versión. Es muy fuerte. Pero insistiré (en elecciones primarias.) Faltan dos años. El partido debe implementar mecanismos innovadores que permitan rescatar la confianza y confirmar que estemos en la función pública los próximos seis años”, puntualizó.

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