El podio nacional de la extorsión

La extorsión, en sus distintas modalidades, es uno de los delitos que más lastima a la sociedad. Las llamadas a nombre del Cártel Jalisco Nueva Generación —ya nos tocó— y de los Zetas son moneda corriente, pero también son falsas.

Los extorsionadores utilizan el pánico que estas organizaciones criminales inspiran en la población para mermar el patrimonio de las víctimas.

Les dan nombres de hijos, de los padres y parejas. Les dicen dónde viven, dónde trabajan, incluso les dan horarios. No son pocos los que caen.

Están también las extorsiones a establecimientos mercantiles a los que imponen cuotas a cambio de no quemarles o destruirles el negocio o no agredirlos físicamente.

Del tema hablamos con Salvador Guerrero Chiprés, presidente del Consejo Ciudadano para la Seguridad y Justicia de la CDMX.

Nos dio cifras no sólo a nivel local, sino también nacional, basado en los datos del Secretariado Ejecutivo del Sistema Nacional de Seguridad Pública y del Inegi.

Las carpetas de investigación abiertas —por cada 100 mil habitantes— se incrementaron en 16 estados de la República hasta noviembre de 2019.

Los estados que ocupan este podio del horror son Guanajuato, donde subió la extorsión 500 por ciento, Durango, 200 por ciento, y Morelos, 200 por ciento.

La CDMX anda a la mitad de la tabla. Ocupa el lugar 16. El año pasado se registraron en la capital 26 mil llamadas relacionadas copn extorsión. Sólo el 7 por ciento se consumó, según Guerrero Chiprés.

“Debido al trabajo de difusión y prevención de autoridades y organismos de la sociedad civil, en la Ciudad de México se registra una disminución del 4 por ciento”, nos dice.

Para reducir más la estadística en la capital de la República, el Consejo Ciudadano ha desarrollado mecanismos para atender y prevenir este delito. Le ha sacado provecho a las 26 mil llamadas que se reciben.

El Consejo ha alimentado una base de más de 150 mil números que se depuran, se actualizan y se comparten con la Policía de Investigación de la Fiscalía General de la República.

* El presidente López Obrador tiene motivos para sentirse contento. La aprobación del T-MEC en el Senado de Estados Unidos (89 a favor, 10 en contra) es una muy buena noticia para la economía mexicana.

Pero como advierte Arturo Sarukhán, exembajador de México en Estados Unidos, no hay que caer en la ingenuidad de pensar que con el T-MEC Trump desistirá de usar la amenaza de aranceles —y aranceles punitivos— cuando le sea políticamente redituable.

“Lo hará cuantas veces le dé la gana”, alertó.

* La casa encuestadora Enkoll dio a conocer el ranking de alcaldes de la Ciudad de México, a partir de una encuesta levantada cara a cara en vivienda, que mide los niveles de aprobación de los gobernantes.

Los peor evaluados son Raymundo Martínez (Morena), de Tláhuac, 43%; Francisco Chiguil (Morena), de GAM, 34%; Octavio Rivero (Movimiento Ciudadano), de Milpa Alta, 33%; Patricia Ortiz (Morena), de Magdalena Contreras, 33%; Layda Sansores (Morena), de Álvaro Obregón, 32%, y José Carlos Acosta (Morena), de Xochimilco, 32 por ciento.

Los “regulares”: Víctor Hugo Romo (Morena), de Miguel Hidalgo, 60%; Patricia Aceves (Morena), de Tlalpan, 59%; Manuel Negrete (PRD), de Coyoacán, 53%, y Armando Quintero (Morena), de Iztacalco, 47 por ciento.

Y los que tienen buena aprobación: Julio César Moreno, (PRD), con 71% de aprobación; Santiago Taboada, alcalde panista de Benito Juárez, que tiene un 69%; en tercer lugar, el priista Adrián Rubalcava, alcalde de Cuajimalpa, con 68 por ciento.

En el cuarto sitio aparece Vidal Llerenas, alcalde de Azcapotzalco. Es el mejor evaluado de Morena con 67%; la morenista Clara Brugada, alcaldesa de Iztapalapa, 65%; y Néstor Núñez, Cuauhtémoc, de Morena, con 62 por ciento.

* No hay datos oficiales sobre el doble costo que pagamos los mexicanos en servicios de traslado, viáticos del Ejecutivo federal por el no uso del avión presidencial.

La nula transparencia llevó a la senadora del PAN, Kenia López, a solicitar a las oficinas de la Presidencia, vía transparencia, el monto erogado en boletos de avión, giras, casetas de cobro, recorridos y hasta “llantas ponchadas” en las giras del Presidente por todo el país.