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El madruguete que no fue

Francisco Garfias

Francisco Garfias

Arsenal

 

 

Nada de espontáneo tuvo el jolgorio de Morena organizado para festejar el tercer aniversario del triunfo de AMLO en el Auditorio Nacional. Un evento que, más allá de la efeméride, tenía como objetivo “destapar” a Claudia Sheinbaum para el 24 y abuchear a Mario Delgado, identificado con Marcelo Ebrard. “¡Presidenta! ¡Presidenta!” le gritaban a la jefa de Gobierno, quien perdió la mitad de la Ciudad de México a manos de la oposición.

Ricardo Monreal, otro presidenciable, estaba invitado como coordinador de los senadores de Morena. Se las olió y no fue. Seguros estamos que si el zacatecano hubiese hecho acto de presencia, la nota no hubiera sido vitorean a Claudia y abuchean a Mario, sino abuchean a Monreal y vitorean a Sheinbaum.     

Los asistentes eran mayoritariamente los seguidores de quienes perdieron: René Bejarano, Dolores Padierna, Vidal Llerenas y la propia Sheinbaum.

Morenistas consultados aseguran que los organizadores de las porras a la jefa de Gobierno y los chiflidos a Delgado forman parte de las huestes de Citlalli Hernández, secretaria general del partido, cercana al grupo que promueve a Claudia.

De los senadores apenas fue una decena, de 59. Tampoco fue el presidente de la Cámara alta, Eduardo Ramírez. Marcelo no asistió. Para su fortuna anda fuera del país.
*Dice AMLO que “limpiar” la compra de medicinas y la relación con los medios de comunicación le ha costado la calificación de 6.7 de aceptación en el pueblo.

Esa puntuación es la que le da la encuesta realizada que el propio Presidente dio a conocer durante el informe por el tercer aniversario de su triunfo.

“Tendría yo ocho, tampoco mucho, si soltara los 20 mil millones de pesos que se le destinaba a los periódicos, a los medios, a los periodistas”, aseguró en la mañanera.

El mandatario afirma que los medios de comunicación tradicionales no se ocuparían de nada ni le hubiesen dado tanto vuelo al desplome de la Línea 12 del Metro, si hubiera habido moche de por medio. Comentario a la ligera. La noticia dio la vuelta al mundo y fue primera plana en los principales diarios del orbe, donde no llega el moche.

Y es que la magnitud de la singular tragedia llevó a los medios a destacarla en sus principales espacios. Murieron 26 personas y más de 80 resultaron heridas.

Imposible no “darle vuelo” a una tragedia de ese tamaño que, a dos meses de ocurrida, todavía no tiene responsables.

Alérgico a la autocrítica, ortodoxo del presidencialismo a ultranza, a López Obrador le gusta mostrarse como hombre humilde. “Yo estoy dispuesto a bajar hasta seis si me ahorro unos 10 mil millones más”, puntualizó. ¡Qué generosidad!               
*Sobra decir que “limpiar” la compra de medicinas, sin un plan alterno, ha tenido un inadmisible costo en vidas humanas.

La Asociación Mexicana de Ayuda a Niños con Cáncer  (AMANC) afirma que los recortes al gasto y tratamiento de medicinas contra esa temible enfermedad cobró ya 1,600 muertes de enero a la fecha. ¿Cómo empezó todo esto? ¿Por qué en el pasado no se presentó una escasez de medicamentos como la que hemos vivido en los últimos dos años?

Datos de la Asociación Mexicana de Laboratorios Farmacéuticos señalan que, en 2019, el gobierno federal cerró la línea de producción de Pisa, la única empresa con capacidad para abastecer el grueso del mercado nacional de medicamentos oncológico infantil, sin antes asegurar que existía un fabricante en México —o en el mundo— con capacidad para llenar ese hueco. A dos años de distancia y con los cambios en la política de adquisición de medicamentos por presuntos problemas de corrupción,  prevalece la incertidumbre para este grupo vulnerable. Ni la SHCP ni la ONU han logrado restablecer el abasto regular de los medicamentos.

La semana antepasada, el Presidente dijo que ya se habían comprado en Corea del Sur, Alemania, Cuba y Argentina. No se ha transparentado. ¿Cuántas piezas, a qué precio, mediante qué proceso?

AMELAF hace notar que la sustitución de la proveeduría nacional para realizar compras en el extranjero ha traído como consecuencia un triple perjuicio:

1.-Los precios promedio de los medicamentos adquiridos en el exterior son casi del doble de los que se ofertaban con proveedores nacionales.

2.- La proveeduría y abasto, como hemos visto, no está garantizada. Esto va en detrimento de la salud de los pacientes y hasta de lamentables pérdidas de vidas humanas.

3.- Al eliminar la demanda local de medicamentos se desarticula la industria farmacéutica nacional y otras industrias relacionadas.

 

 

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