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El gobernador que no se quedó callado

Francisco Garfias

Francisco Garfias

Arsenal

No tengo memoria de que un gobernador haya enfrentado tan frontalmente a un Presidente de la República, como lo hace el michoacano Silvano Aureoles. El martes esperó afuera de Palacio Nacional durante cuatro horas y media para que López Obrador le diera audiencia. Quería entregarle las pruebas de que el narco “operó” y ganó la pasada elección en su estado.

Buscamos a Aureoles. Nos contestó después de varios intentos y mensajes. Queríamos saber qué se sentía ser el único gobernador con el que el Presidente no quiere cruzar palabra.

De inmediato se soltó: “Al jefe del Ejecutivo federal, comandante en jefe de las Fuerzas Armadas, no le interesa más que perder el tiempo en sus mañaneras. No le interesan los temas de a deveras. Le interesa dividir, le interesan los distractores. Yo no fui a ofenderlo ni a molestarlo. Él pidió que llevara pruebas. Se las llevé. No las quiso recibir. Yo cumplí”.

—¿No te sentiste humillado al ser el único gobernador que el Presidente no quiere recibir?—, preguntamos.

—No, creo que le da miedo hablar conmigo. Imagino que se siente sin argumentos, lamentablemente.

—¿Qué hiciste con las pruebas que le ibas a presentar?

—Las voy a guardar. He ido recabando pruebas con información y testimonios que me dan, que el titular del Ejecutivo debería conocer. Él pidió que las presentara. Yo no fui de oficioso. Se las llevé y ya no me quiso recibir, que porque tiene que cuidar la investidura presidencial. Eso no dijo cuando fue a saludar a la mamá de El Chapo.

Es un incongruente. Para empezar, por dónde vive. Exige que los españoles se disculpen por la Conquista, pero el señor vive muy contento en el palacio virreinal que construyeron los conquistadores.

“Las cosas caen por su propio peso. A mí no me van a doblegar ni me van a asustar. Voy a dar la batalla hasta donde tope”.

—¿No vas a llevar esas pruebas a la Fiscalía?—, insistimos.

—No, son pruebas para él. A la Fiscalía irán los partidos, los candidatos, los abogados del proceso. Se las voy a guardar.

—¿Se puede saber qué tipo de pruebas son?

—Eso sí me lo reservo. Es un asunto muy delicado que sólo él debe de saber. Ya lo debe de saber. Anda de consentidor de los grupos delincuenciales. No creo que le importe mucho. Por eso no me quiso recibir. 

“Seguramente Slim le llevó dinero. Por eso a él sí lo recibió. ¡Ah!, pero recibió a Corral y a Alfaro. Nomás faltó que Corral le llevara panecitos que le hizo allá en Ciudad Juárez. ¡Imagínate, Corral y Alfaro! Son los que nos daban esperanza. Ahora andan besándole la mano, y diciendo ‘ya limamos asperezas…’. Cuando tus colegas me dijeron ‘es que llegaste sin pedir cita’, ¡nooo! Es un legajo de solicitudes de audiencia y otras tantas de carácter verbal. No me quiere recibir. Se está viendo mal el vecino. Es intolerante, discriminatorio. No le importa la verdad, le importa engañar al pueblo de México”.

Ya íbamos a concluir la charla telefónica cuando Silvano nos interrumpió para hacer una declaración a manera de conclusión: “Esto no puede seguir así. Es una desgracia. Vamos directitos al narcoEstado. El gobierno federal es aliado de los delincuentes. Se les permitió operar la elección. Hay que ponernos muy alertas. No permitamos que México se convierta en un narcoEstado, porque para allá vamos en el 2024”.

Cerró con una cita de Diego Fernández de Cevallos: “Lo último que voy a hacer es quedarme callado…”.

* Rosario Robles cumplirá el mes que entra dos largos años en la cárcel de Santa Marta Acatitla, por su presunta responsabilidad en la famosa Estafa Maestra.

Esta semana se iba a realizar una audiencia para revisar el tema de la “prisión preventiva justificada” que, en agosto de 2019, le dictó el juez Delgadillo Padierna, basado en una licencia falsa que utilizó para alegar riesgo de fuga.

El caso puede dar un vuelco. Un juez de amparo le pidió al juez de control que revise la medida cautelar impuesta a la extitular de Sedesol. Un amparo que no está en firme.

Toca al juez de control decidir si la mantiene en prisión, mejorando su fundamentación y motivación, o si decide cambiar la medida cautelar. Ésta puede ser desde el dispositivo electrónico, la prisión domiciliaria o la presentación periódica. 

En caso de existir alguna otra orden de aprehensión en su contra, pudiera ser ejecutada, para inmediatamente ser presentada ante el juez de control para el inicio de un nuevo proceso penal en su contra.

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