Desafíos de la ciberseguridad internacional

PorAdolfo Arreola García* La ciberseguridad, desde el punto de vista de las relaciones internacionales, es un campo que requiere de un análisis detallado para reconocer las amenazas que ponen en riesgo la preservación de la estabilidad y paz globales. Reconocer los ...

Por Adolfo Arreola García*

La ciberseguridad, desde el punto de vista de las relaciones internacionales, es un campo que requiere de un análisis detallado para reconocer las amenazas que ponen en riesgo la preservación de la estabilidad y paz globales.

Reconocer los desafíos que enfrenta la ciberseguridad internacional es y será una tarea inacabada al igual que dinámica, que por el momento incluye temas como: el creciente número de usuarios y dispositivos; la falta de regulación sobre actos ilícitos y violatorios del derecho internacional en el ciberespacio, el ciberterrorismo, la ciberguerra, el aumento de ciberataques y sus impactos, el control de ciberarmas, y, la seguridad de la infraestructura crítica. En esta ocasión serán detallados los tres últimos.

Primero, los ciberataques son un fenómeno bélico cada vez más frecuente, mejor preparado y con mayores costos e impactos, que atenta contra la seguridad nacional de los Estados. Las fuentes de los ciberataques son diversas pasando desde individuos hasta agencias de inteligencia o unidades de ciberguerra, por lo que pueden convertirse en amenazas a la prosperidad, seguridad y estabilidad nacional, regional e internacional. De hecho, es el alcance global de los ciberataques lo que convierte al ciberespacio en el nuevo campo de batalla de la era tecnológica y en un ámbito de las relaciones internacionales. 

Segundo, el control de las ciberarmas es un tema que debe ser revisado si se quiere restringir el número de actores con capacidades ciberofensivas, reducir el número de fuentes de agresión y mitigar el efecto de los ciberconflictos. Las ciberarmas se diferencian de las armas nucleares por el fácil acceso que tienen tanto individuos, grupos criminales o Estados a dichos instrumentos de ciberataque, pero similares en su potencial destructivo o disruptivo. Por lo tanto, es preciso regular el empleo de los medios de ciberataque.

Tercero, se puede asumir que existe un ciberconflicto cuando la seguridad de la infraestructura crítica se ve comprometida. Particularmente porque la infraestructura crítica juega un papel protagónico en la seguridad nacional, que

la convierte en el objetivo prioritario y estratégico de un ciberataque realizado por un Estado que busca doblegar

la voluntad de lucha del oponente sin hacer un solo disparo. Esto es posible debido tanto al nivel de ciberdependencia, que es el grado en que dicha infraestructura crítica depende de los sistemas de redes digitales, como a la capacidad ofensiva del enemigo. Es decir, a mayor ciberdependencia mayor vulnerabilidad y mayores desafíos para construir la ciberdefensa.

En conclusión, el uso del ciberespacio como un medio de agresión y destrucción ha transformado la seguridad internacional, así como el concepto de seguridad –que debe ser revisado y ampliado para incluir las amenazas provenientes del mundo virtual y diseñar ciberdoctrinas—. La ciberseguridad afectará con mayor frecuencia y seriedad las relaciones internacionales poniendo en riesgo la seguridad internacional debido al incremento de ciberamenazas, los costos de recuperación de un ciberataque y los desafíos que surgen de la ciberdependencia de la infraestructura crítica. Sin duda alguna, es preciso adoptar un concepto de ciberseguridad nacional e internacional que tenga como plataforma la prevención, la participación incluyente y la cooperación, antes que la reacción. ¿Estamos preparados para ello?

* Profesor de la Facultad de Estudios Globales.

forointernacional@anahuac.mx

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