Hutíes, catástrofe para el comercio internacional

Una de las cosas que esta crisis está mostrando es que, a pesar de las inversiones masivas chinas en el Medio Oriente y de la retórica de que Estados Unidos estaba abandonando la región, la realidad es que la influencia china, que supuestamente estaría por desplazar a EU de esa zona, no ha sido eficaz en absoluto.

                              En memoria de mi hijo Moy, quien nació y murió

                                                      con la misma inocencia y pureza.

Estados Unidos y Gran Bretaña, apoyados por una decena de países más, han estado bombardeando blancos hutíes con el propósito de detener la andanada de ataques que éstos llevan a cabo desde hace casi cuatro meses contra los buques mercantes de diversas nacionalidades que transitan por el Mar Rojo. Sin embargo, las embestidas de las milicias hutíes destinadas a dañar la cadena global de suministros, continúan casi cotidianamente, bajo la justificación de estar apoyando con ello a los palestinos de Gaza.

Las consecuencias para la economía internacional están siendo graves, ya que la mitad de los buques que acostumbraban transitar por esa ruta se han visto obligados a circunnavegar África en lugar de tomar la vía del Canal de Suez, que era la acostumbrada y, desde luego, mucho más corta. De hecho, los trayectos de esas naves se han prolongado por cerca de tres semanas, con lo que las pérdidas económicas implicadas por ese trastorno son enormes y repercuten por supuesto en la inflación global.

El que ha sido el principal patrocinador de los hutíes, desde hace años, ha sido Irán. Éste los apoyó abiertamente durante los nueve años de guerra civil en Yemen, cuando se enfrentaron contra el régimen sunita dominante en el país, a su vez respaldado por Arabia Saudita. El saldo de esa larga guerra en muertes, destrucción, hambrunas y epidemias fue descomunal. Ahora rige una especie de tregua, pero por lo visto el gran padrino iraní decidió utilizarlos en su juego regional actual, como lo hace también con el Hezbolá de Líbano y con las milicias chiitas de Irak.

En vista de que China tiene buenas relaciones con Irán, y buques de bandera china han sido afectados, hubo al principio de esta crisis la expectativa de que Beijing interpusiera sus oficios a fin de detener las acometidas navales hutíes. Incluso, a fines de enero, el asesor de Seguridad Nacional de Estados Unidos, Jake Sullivan, tuvo un encuentro con uno de los más altos funcionarios del Partido Comunista Chino y con el canciller Wang Yi, con el fin de convencerlos de hacer uso de sus influencias sobre Teherán. Es incierto qué intentó China al respecto, pero el hecho es que nada se logró y que incluso un buen número de buques chinos han estado teniendo que modificar su ruta y rodear África.

Esto parece demostrar que la capacidad de China para actuar en Oriente Medio como superpotencia está en entredicho. Porque, aun habiendo sido el actor que hace un año fue el mediador para restablecer las relaciones entre Irán y Arabia Saudita, ahora no ha conseguido influir en Irán ni tampoco ha apaciguado a los hutíes. Lo cual sorprende, ya que China es el más grande exportador del mundo. En 2022 las exportaciones totales chinas fueron de un monto de 3.6 trillones de dólares, y las dos terceras partes de ellas se dirigieron a mercados europeos transitando por el Mar Rojo. Por lo cual las afectaciones a Beijing por las acciones de los hutíes son inmensas, más ahora que los problemas económicos de la potencia asiática son, de por sí, graves. Egipto es otro país seriamente afectado por este trastorno a la navegación internacional, ya que sus ingresos por concepto del peaje por el paso por el Canal de Suez se han reducido a la mitad. Y, desde luego, Arabia Saudita está siendo también golpeada ya que usualmente transporta petróleo por esa misma vía hacia Europa.

Una de las cosas que esta crisis está mostrando es que, a pesar de las inversiones masivas chinas en el Medio Oriente y de la retórica de que Estados Unidos estaba abandonando la región, la realidad es que la influencia china, que supuestamente estaría por desplazar a EU de esa zona, no ha sido eficaz en absoluto, mostrándose bastante menos relevante de lo que hasta hace medio año parecía. China se halla así en una situación complicada y aparentemente irresoluble, ya que en el contexto de la rivalidad entre Beijing y Washington sería imposible que se sumara a la coalición de naciones que está atacando directamente a los hutíes ni tampoco tiene el poder para fungir como la potencia capaz de frenar los ataques indiscriminados de esos nuevos y temibles piratas que han hecho de la navegación en el Mar Rojo un verdadero desastre.

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