PRD cava (ya) su tumba…

Cuando las conversaciones y reflexiones de los más altos dirigentes de una organización, cual es la que desde hace poco más de 25 años representa a las izquierdas —“así, en plural”— en el espectro político nacional, comienzan a girar en torno a una reforma “integral” de documentos, de nombre o, peor, de “explorar” la posibilidad de construir una alternativa en el marco de la regulación vigente, debemos entender que, en cuanto que sepultureros, ellos mismos han comenzado a cavar su tumba…

Lo anterior viene a cuenta luego de que la pasada semana, de manera recurrente, el mandamás en el Partido de la Revolución Democrática (PRD), el mancerista Manuel Granados Covarrubias y, ayer, su más seguro sucesor en la posición, Juan Zepeda Hernández, confirmaron la difícil situación que vive el sol azteca e, incluso, anunciaron el inminente inicio de un largo proceso de diálogo y reflexión abierto a la sociedad, a “los intelectuales” en particular, orientado a definir las alternativas reales del partido luego de los pobres resultados obtenidos en los comicios de julio.

Parecería que tras perder en su más importante bastión histórico, la Ciudad de México, y alcanzar una votación nacional apenas superior a 5% —en el marco de una antinatural alianza con sus tradicionales contrarios de Acción Nacional y Movimiento Ciudadano—, con la más pobre representación legislativa a nivel federal de que se tenga memoria —cinco senadores y 23 diputados— y, más, bajo control de una corriente, el Movimiento Progresista, liderado (en los hechos) por el cuestionado exjefe de gobierno Miguel Ángel Mancera Espinosa, que un día sí y otro también se declara no perredista, el pesimismo se apoderó ya de militantes y liderazgos (cada vez más escasos) que, ya sin el menor escrúpulo, se muestran más dispuestos a asumir la realidad de la muerte del partido que fundaron y en su momento encabezaron los (Cuauhtémoc) Cárdenas, (Porfirio) Muñoz Ledo, (Ifigenia) Martínez de Navarrete y (Andrés Manuel) López Obrador, entre otros muchos, que luchar por su eventual reestructura o refundación de una organización que, en su mejor momento, se ubicó como la tercera fuerza política del país…

Habrá que estar atentos entonces al rumbo que toma el referido proceso de diálogo y reflexión y, más específicamente, al impacto que la referida convocatoria al mismo tiene en el, al parecer, incontrolable éxodo de militantes y cuadros dirigentes hacia la nueva alternativa de “izquierda democrática y reformista representada por Morena y el presidente electo que hoy por hoy, sin lugar a dudas, representa una mejor opción para muchos que, en los últimos cinco lustros, se acostumbraron a vivir al amparo del poder y, ahora, se encuentran en situación de práctica orfandad…

Veámonos aquí mañana, con otro asunto De naturaleza política.

                Twitter: @EnriqueArandaP