La Central de Abasto de la Ciudad de México a 5 años de compromisos cumplidos
Es un referente de buenas prácticas punta de lanza en transición energética y economía circular.
Por Fadlala Akabani*
Con 40 años de operaciones ininterrumpidas en Iztapalapa, la Central de Abasto de la Ciudad de México (Ceda) es el mercado mayorista más grande en el hemisferio occidental. La Ceda está dividida en nueve sectores: abarrotes y víveres; frutas y legumbres; flores y hortalizas; subasta y productores; envases vacíos; aves y cárnicos; bodegas de transferencia; zona norte y zona de pernocta. En sus 30 hectáreas operan siete mil unidades económicas entre bodegas, tiendas, bancos, restaurantes y hasta estéticas, además de que se distribuye 5.5% de la producción nacional de alimentos (16 millones de toneladas cada año). Por sus calles transitan diariamente 60 mil vehículos ligeros y pesados cargados de mercancías, y por sus pasillos 500 mil compradores y vendedores.
La comercialización de productos básicos en la Ceda es un motor del desarrollo económico de la capital y del país. El valor en ventas de mercancías en la Central alcanza los 9 mil millones de dólares al año, cifra que sólo las operaciones de la Bolsa Mexicana de Valores pueden superar. La Ceda también genera 90 mil empleos directos y posiblemente el triple en indirectos entre transportistas y proveedores. Asimismo, la venta al mayoreo permite generar ahorros entre 25% y 30% para la canasta básica, beneficiando directamente a la economía popular y a los productores que acuden a la venta de sus productos.
Si bien la Ceda es un motor de la economía nacional, la corrupción de administraciones pasadas trajo problemas de inseguridad, residuos sólidos mezclados, infraestructura en mal estado, ambulantaje, giros negros, movilidad ineficiente, así como una mala atención y servicio a los participantes, permisionarios y usuarios. No obstante, cuando Claudia Sheinbaum ocupó la Jefatura de Gobierno en 2018, se diseñó un ambicioso plan de renovación, mantenimiento y modernización; mismo que ahora continúa su implementación el actual jefe de Gobierno, Martí Batres. Desde 2019 a la fecha se ha invertido la cifra histórica de mil 251 millones de pesos para mejorar la infraestructura, equipamiento urbano, pavimentos, seguridad, y la rehabilitación integral de la red de drenaje, además de la reconstrucción del Mercado de Flores y Hortalizas.
Hoy, la Ceda es un referente de buenas prácticas punta de lanza en transición energética y economía circular. Por un lado, la estrategia Ciudad Solar contempla una inversión cercana a los 600 millones de pesos para la instalación de una central fotovoltaica sobre los techos de 23 naves comerciales. Con una generación de 18 mega watts será capaz de suministrar energía a las áreas comunes de la Ceda y de alimentar a la red del Servicio de Transportes Eléctricos. Una vez terminada este 2023 será la central solar más grande en el mundo al interior de una ciudad.
Por otro lado, la Central evita el desperdicio de 660 toneladas de alimentos aptos para consumo humano mediante el Centro de Acopio y Recuperación de Alimentos ITACATE. El alimento aún en buen estado es donado por los comerciantes y canalizado a la red de más de 600 comedores comunitarios públicos para la elaboración de 80 mil raciones de comida diaria. La población beneficiada se estima en 1.8 millones de personas en situación vulnerable. Además, la Ceda aprovecha residuos como el aceite vegetal usado a través de una Planta Productora de Bioaditivo capaz de convertir 24 mil 395 litros de aceite quemado en un insumo energético que se combina con diésel para autobuses RTP y Metrobús. También se aprovechan 400 toneladas de residuos orgánicos con un biodigestor anaeróbico para generar biofertilizantes con alto porcentaje en nitrógeno, fósforo y potasio; así como agua para riego.
Otras dos obras relevantes realizadas en la Ceda recientemente incluyen un Centro de Comando y Control (C2) al cual están conectadas 636 cámaras, 100 botones de auxilio y 96 altavoces. En un año han disminuido 70% los delitos de alto impacto. Ahora bien, el Centro de Salud Central de Abasto atiende las 24 horas del día a un estimado de 53 mil personas trabajadoras, así como a la población que no cuenta con ningún tipo de derechohabiencia. De esta forma, se valora la salud de los trabajadores esenciales, quienes no pararon durante la pandemia para garantizar el derecho a la alimentación de los habitantes del Valle de México. Finalmente, a cinco años de administración, no cabe duda de que el mercado mayorista está mejor que antes. Intereses ajenos a la Ceda ligados a la pasada administración tratan de demeritar a la actual, pero la comunidad reconoce los logros y trabaja conjuntamente en su mejoramiento. Los compromisos se cumplen, de tal suerte que las mejoras en infraestructura y los servicios públicos fortalecen no solamente a la actividad económica, sino también a la valiosa comunidad que integra a la Central de Abasto de la Ciudad de México.
*Secretario de Desarrollo Económico de la Ciudad de México.
