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Injusticia ambiental en grupos vulnerables

Columnista invitado Comunidad

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Por Alejandro Lome Hurtado*

 

La contaminación del aire por pequeñas partículas sólidas o líquidas conocidas como PM 10 y por ozono en la Ciudad de México afecta la salud de todas las personas, sobre todo a tres grupos vulnerables: niños, personas de la tercera edad y marginados. El PM 10 puede causar asma, cáncer de pulmones, infecciones respiratorias y enfermedades del corazón, mientras que el ozono daño en los pulmones.

En el mundo, más de 2 millones de personas mueren anualmente debido a la contaminación del aire por PM 10. La CDMX normalmente rebasa los límites de los niveles de contaminación, establecido por la Organización Mundial de la Salud (OMS), para evitar riesgos en la salud. Por ello, urge que las autoridades redoblen esfuerzos en la implementación de políticas públicas que reduzcan la contaminación ambiental del aire, pues los esfuerzos hechos hasta la fecha han sido insuficientes.

Aunque la contaminación ambiental la produce toda la sociedad, la evidencia internacional indica que los tres grupos antes mencionados son quienes más la padecen, de ahí que sean más sensibles a sufrir daños en su salud. Esto es injusticia ambiental. Tal es el caso de las ciudades de Arizona y Texas.

En el estudio Environmental Injustice in Mexico City: A Spatial Quantile Approach, este autor demuestra que la CDMX padece altos índices de injusticia ambiental. Tan es así, que en las alcaldías Gustavo A. Madero y Azcapotzalco, la población de bajos recursos económicos es la más expuesta a altos niveles de PM 10; en Cuauhtémoc y Venustiano Carranza son las personas de la tercera edad las más vulnerables a ese tipo de contaminante, mientras que en el sur de la CDMX son los niños los más sensibles, principalmente, a la contaminación por ozono.

Para reducir los niveles de contaminación del aire, y por tanto el riesgo en la salud, en el estudio propongo diseñar políticas públicas, tomando como base la experiencia internacional.

Debido a que la mayor parte de las emisiones de la contaminación del aire provienen de los automóviles e industrias, es urgente diseñar y ejecutar estrategias para incentivar a la población a reducir el uso del automóvil e implementar regulaciones ambientales efectivas a las industrias.

En 2003, Inglaterra aplicó un impuesto para poder circular en la zona central de Londres y ello redujo en un 20% el tránsito vehicular. Previamente, el gobierno londinense desarrolló una estrategia para ampliar y mejorar los autobuses públicos, así como la renovación del sistema del Metro.

Ante el contexto internacional, es imperativo que México implemente políticas ambientales efectivas a la industria, para que reduzcan la emisión de sus contaminantes al aire, sobre todo en el norte de la CDMX.

Además, los mexicanos tendríamos que preguntarnos si es necesario aplicar un impuesto a la circulación de los vehículos, para reducir la contaminación del aire y así, disminuir el tránsito vehicular y los daños en la salud de la población, sobre todo de los tres grupos vulnerables: niños, personas de la tercera edad y marginados.

*Académico-investigador de la Facultad de Economía y Negocios de la Universidad Anáhuac México.

 

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