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Adictas a la insurgencia

Clara Scherer

Clara Scherer

 

 

Título del libro de Celia Palacios, historiadora de la Universidad Veracruzana. Y no fue por inspiración. Muchísimas mujeres somos adictas a la independencia, o autonomía, como dicen los organismos que estudian fenómenos sociales protagonizados por mujeres. Celia narra: “El 7 de diciembre de 1811, al amanecer, Carmen Camacho fue arrastrada fuera de su celda para escarmiento de las mujeres de Acámbaro, la hicieron caminar por las calles vestida sólo con camisa de manta burda y un cartel que rezaba: ‘Adicta a la independencia’ colgado del cuello”. Esa pretendida vergüenza, ahora es valorada como meta de niñas y adolescentes. Ser mujeres autónomas. Tomar las riendas de nuestra vida y llevar en mente el cartel: “Adicta a la autonomía”.

Dicen que las luchadoras posteriores a 1800 fueron “mujeres de armas tomar”. Gracias a las feministas, aprendimos a usar la razón y la palabra para avanzar en nuestro empeño: la igualdad de derechos y tener una vida libre de violencia. Entre esas maestras, la doctora Margarita Dalton merece destacado lugar. Ahora somos mujeres de argumentos a ponderar. El cambio, enorme, la lucha larga, y ya sabemos de retrocesos desastrosos. Hay que resistir a la militarización, a la prisión oficiosa.

Deber de memoria con quienes han contribuido a hacer mucho mejor nuestras vidas. Oaxaca ha organizado el Primer Festival de las Heroínas de la Independencia y, en esta ocasión, hará un homenaje en vida a la historiadora, investigadora y activista por los derechos de las mujeres Margarita Dalton. Será “una fiesta en la que la música, el teatro, la historia, el cine, la poesía y la gastronomía servirán como vehículos para rendir homenaje y visibilizar a las mujeres que han sido borradas sistemáticamente de la historia de México”.

Margarita, toda una experiencia de vida, valiente y atrevida. Desde alfabetizadora en Cuba, estudiante de una maestría en estudios africanos en Ghana; diligente, obtuvo un doctorado en España, para lo que escribió la tesis Una aproximación de cómo se construye el discurso de lo femenino. El Colegio de México publicó la investigación bajo el nombre de Mujeres, diosas y musas: Tejedoras de la memoria.

Tan sencilla, tan amorosa, tan complicada, nos quitó los romanticismos de la cabeza y de la imaginación; nos dirigió con palabras suaves por el difícil y atroz mundo de Balún Canán, hizo que diéramos cuenta del destino inmerecido de las mujeres de los pueblos originarios. Nos dio escobas para volar en libertad, celebrando aquelarres memorables. Documentó paso a paso la penosa y muy violenta llegada de mujeres al cargo de presidentas municipales en Oaxaca. La violencia política de género, que se acrecienta año con año.

Amiga hasta más allá de la muerte, celebra desde hace 27 a una mujer istmeña, de origen libanés, una de sus tantas profundas amistades, Guadalupe Musalem y en su nombre ha construido el caminar de muchas adolescentes y jóvenes mujeres oaxaqueñas, al otorgar becas y acompañamiento para que estudien. El Fondo de Becas Guadalupe Musalem vive de su entusiasmo, de su pasión por el apoyo a las jóvenes y por el saber de la importancia del amor al conocimiento.

Sus inquietudes la han llevado hasta la cocina y no sólo para documentar las recetas de esa Oaxaca en su zona costera. Es capaz de hablar con lucidez de los bríos feministas de Artemisa, diosa helena de la caza y del sabor indescriptible del caldo de tichindas debido al chile puya, al ajo y al candó, platillo de Santiago Jamiltepec. O a liderar el Instituto de las Culturas.

Con Margarita nos hicimos adictas a la independencia, constructoras de autonomías, activistas a favor de los derechos de las mujeres, estudiosas de la parte oculta de la historia de México. Y lo más importante, aprendimos a amar la vida, nuestra vida, a pesar de todo.

 

 

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