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Una nueva conquista ciudadana

Citlalli Hernández

Citlalli Hernández

Nuevas narrativas

Como lo he mencionado en pasadas ocasiones, el cambio político que vive nuestro país trae consigo una alta demanda social para que se generen otros cambios en diversos sectores de la vida pública y se concreten en aras de conquistar mejores realidades para todas y para todos.

Cuando un individuo o una persona se vuelve consciente —o por lo menos deja de ser indiferente— ante lo que acontece en su realidad y participa en ella de manera directa o indirecta, se está convirtiendo en un ciudadano. Y cuando dicho despertar de conciencias se da de manera masiva y colectiva, la ciudadanía se vuelve más exigente.

Por eso, quienes provenimos de la lucha social, el activismo ciudadano o de distintas causas, afirmamos que ningún derecho conquistado ha sido una concesión, al contrario, ha sido el resultado de diversas luchas y exigencias constantes y claras.

Cuando la ciudadanía —al fin— se convierte en el centro de la democracia, como está pasando ahora en este México de combate a los privilegios, fomento de la participación ciudadana y aumento de la confianza en las instituciones, la principal demanda colectiva es el acceso a la información, y las empresas mediáticas, digitales e informativas no pueden ser ajenas a dichos procesos de cambio.

Para acceder a una democracia verdadera es fundamental el pleno acceso a los derechos políticos, sociales y civiles, sin embargo, en la actualidad y en esta era digital, una conquista pendiente es el pleno acceso a la información, el respeto a nuestros derechos como audiencias y la promoción de la paz en medios de comunicación y redes sociales.

Hay una serie de acontecimientos acumulados en los últimos días que nos invitan a continuar el debate iniciado de manera intermitente al respecto: la controvertida suspensión de las cuentas de Donald Trump en redes sociales —aplaudida por unos y cuestionada por otros—, el debate sobre la posible parcialidad política de los dueños de las grandes empresas mediáticas y digitales al revelarse que el director de Twitter México fue militante del PAN, asesor de un senador del mismo partido y director de logística en el equipo de transición de Felipe Calderón al llegar a la Presidencia.

A raíz de que se reavivó la discusión en redes sociales sobre las políticas de seguridad de Twitter y su director en México, como es costumbre, se dieron opiniones encontradas en la misma red social y, de manera indignante para varios usuarios, suspendieron tres cuentas ciudadanas con una simpatía evidente al actual gobierno. Contrasta, para muchos, porque en los últimos años se ha cuestionado que dicha red no aplique sus políticas de seguridad con cuentas y usuarios que sistemáticamente difunden odio, agresiones y fomentan el clasismo, racismo y acoso.

En ese escenario, quizás estamos frente a una nueva conquista social: exigir que se piense en las audiencias como ciudadanas y ciudadanos que forman parte del desarrollo de un país, pensar que el acceso a la información y a contenidos de calidad también caben en la lógica de justicia social, porque el avance de una sociedad no puede darse si se mira a las y los usuarios y a las audiencias como un target comercial, sino desde una óptica totalmente nueva.

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