Pobrecito mi patrón...

Urge disminuir la desigualdad que provocaronlos pésimos gobiernos del PRIAnato.

Recién leí una muy mala propaganda vestida de columna. En un lenguaje con expresiones y dichos populares forzados, el autor buscaba convencer a la clase trabajadora de no votar por Morena. Esta fallida interpelación con los trabajadores podría interpretarse y resumirse así: “no vote por Morena, regrésele el poder a los empresarios que teníamos control sobre los políticos, porque nosotros no le regalaremos dinero; como a usted le gusta trabajar, nosotros somos muy buenos para explotar, digo, para dar empleo".

“Quizá tu familia no te ha visto romperte la madre detrás de una máquina todo el día”, dice el brillante escritor. ¡Claro que las familias saben lo que significan las largas jornadas de trabajo y lo mal pagado que suelen ser!, porque, en el mejor de los casos, en hogares donde padre y madre trabajan, “los chavos” padecen el sacrificio de tiempo y fuerza que realizan sus padres para sacarlos adelante, aspirando a darles un mejor futuro, aunque eso signifique estar ausente la mayor parte del tiempo.

“Entre más buenos patrones haya, más trabajo para todos... te conviene que ganen los que hacen que haya más chamba para la gente... el actual gobierno no quiere a los patrones”, afirma, nuevamente hablando quién sabe desde qué fantasía, pues su afirmación es ambigua, es decir, ¿quiénes son esos que hacen que haya más “chamba”?

En realidad, lo que necesitamos son representantes populares que defiendan los derechos laborales conquistados y luchen por ampliarlos. Urge disminuir la desigualdad que provocaron los pésimos gobiernos del PRIAnato, que siempre prometieron que “ya merito” llegaba el progreso, pero cada generación que pasaba estaba peor. Se encareció la vida y disminuyeron nuestras oportunidades; los ricos se hacían más ricos y los pobres, más pobres. Los gobiernos que teníamos eran tan sólo gerentes y se ponían a hacer negocios con el dinero y los recursos de la gente.

Desde una supuesta superioridad se intentó, en dicho pasquín, dar lecciones de cómo y por qué votar el 6 de junio. Están muy equivocados si creen que caemos en sus mentiras, pues la clase trabajadora sabe que el Presidente no quiere acabar con la clase empresarial, sino con el abuso que fomentaron políticos corruptos. La ciudadanía quiere políticos honestos, verdaderos representantes populares, no gerentes administrando su dinero para hacer negocios entre sus cuates.

No es que la Cuatroté no quiera a los patrones, es evidente que lo que se combate es el privilegio y el abuso, porque estamos construyendo un México donde haya igualdad de condiciones y oportunidades para todas y todos. Las mismas que nos fueron arrebatando con reformas laborales regresivas, precarizando los trabajos, aumentando la edad de jubilación, oponiéndose a que aumentara el salario mínimo, legalizando la subcontratación, complicando los créditos de vivienda o limitando nuestra capacidad de organizarnos a través de sindicatos para exigir mejores condiciones laborales. Prácticamente todo eso ya lo hemos resuelto; estamos poniendo orden.

Finalmente, cuestiona los programas sociales que reciben los adultos mayores, afirmando que a los trabajadores no les gusta que les regalen dinero. ¡Claro que alguien que trabaja y paga impuestos no quiere que le regalen nada, pero no es posible que aún no reconozcan que hay millones de familias que, a pesar de trabajar todo el día, no les alcanza para cubrir todas sus necesidades!, y no lo entienden porque son los mismos que rezaban la tontería de que el pobre es pobre porque quiere.

Frente al desempleo, mucha gente busca sobrevivir por su propia cuenta en el empleo informal, pero, a la vez, exige y merece mejores condiciones de vida. Un programa social es el reconocimiento de la desigualdad por parte del Estado y la decisión de combatirla dando oportunidades.

Viven en otro mundo. ¿Acaso podría negar la cúpula empresarial que se dedicó a hacer negocios sucios con los pasados gobiernos haciéndose amigos de políticos corruptos, financiando sus campañas o sobornando funcionarios? ¿A poco creen que nadie se enteró de que mientras la clase trabajadora cumplía con sus impuestos, a las grandes empresas Peña y Calderón les perdonaron cerca de 400 mil millones de pesos?

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