La educación en el futuro cercano

Este es el tema paraguas del V Encuentro de Educación Internacional y Comparada que llevamos a cabo esta semana. La Facultad de Ciencias Humanas de la Universidad Autónoma de Baja California, la Facultad de Filosofía y Letras de la Universidad Nacional Autónoma de México y la División de Ciencias Sociales y Humanidades de la Universidad Autónoma Metropolitana Xochimilco son las sedes, otras 28 instituciones son copatrocinadoras. 

Parecería que tratamos de colonizar el futuro, mas no es así; reflexionamos e imaginamos qué le espera a la educación mexicana y de otras partes del mundo tras la pandemia del covid19, si es que algún día termina. 

Cierto, el mundo no pasa por buen momento: amenazas de una guerra de grandes anchuras mientras continúa el deterioro del medio ambiente y decae la cohesión social. En nuestra tierra, la criminalidad va en aumento y cobra víctimas cada día. Ese contexto influye en el vivir de las escuelas, afecta la tranquilidad de alumnos y maestros, trastoca la convivencia y, lo peor, agrava las condiciones de desigualdad e injusticia de antes de que la pandemia mostrara sus fauces. 

 Sin embargo, recordamos que, para cumplir la tarea de pensar el futuro, Paulo Freire nos exige nunca perder la esperanza; los educadores no tenemos derecho a flaquear. Por ello, hago votos porque nuestras aportaciones contribuyan a la paz y la solidaridad internacional y a una mejora de la educación. 

 No somos ingenuos, en las diferentes actividades (cinco conferencias magistrales, cinco paneles de expertos y más de 200 ponencias de colegas de México y varios países de América Latina, Asia y Norteamérica) también vemos los problemas que pueden afectar el futuro; depende de las providencias que se tomen en el presente. 

 No obstante, no nada más pensamos en decisiones gubernamentales, nos vislumbramos como actores que, si bien no predominamos —ni aspiramos a ello—, sí deseamos que nuestras voces se escuchen; somos pluralistas. 

Escribo esta pieza tras la ejecución del segundo panel de expertos, apenas ayer y hoy escuchamos las dos primeras conferencias. La inaugural a cargo de Regina Cortina, quien disertó acerca de la educación futura para la ciudadanía de indígenas. Regina es profesora de Educación Intercultural y Comparada en el Teachers College de la Universidad de Columbia, en Nueva York. Sus reflexiones apuntan a la pluralidad y la dignidad de niñas de pueblos originarios. 

 La segunda conferencia fue de Susan L. Robertson, de la Universidad de Cambridge, Inglaterra. Ella nos propuso escenarios posibles que pueden coexistir en el futuro. Aboga por la justicia educativa. No obstante, también vislumbra los riesgos de la robo-educación. Es decir, la hegemonía de la inteligencia artificial y la robótica. 

 En definitiva, estamos en contra del determinismo tecnológico; no lo vemos inevitable, pero dependerá mucho de acciones que urdamos maestros y académicos que creemos en la democracia y en la educación para la democracia. 

 Thérèse Perez-Roux, de la Universidad Paul-Valérie, Gilberto Guevara Niebla, de la Universidad de Guadalajara, y Mark Ginsburg, de la Universidad de Maryland, dictarán conferencias hoy, mañana y el viernes. En los paneles de cada día nos acompañan 17 estimados y productivos colegas. 

 La Sociedad Mexicana de Educación Comparada instituyó el Reconocimiento a la Trayectoria Académica Sobresaliente en Educación Comparada. Como presidente de la Somec, tuve el privilegio y el honor de entregar la primera edición de esa presea a nuestra querida María de Ibarrola Nicolín por su carrera de distinción. 

Este encuentro no sería posible sin el trabajo voluntario de decenas de colegas y estudiantes que nos apoyan. Zaira Navarrete Cazales y Jorge Eduardo Martínez Iñiguez, llevan la carga principal.