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Cambalache para las escuelas normales

Carlos Ornelas

Carlos Ornelas

Más claro ni el agua purificada. En la mañanera (ya caí en este uso) del 11 de septiembre, el presidente Andrés Manuel López Obrador expresó “No se van a cerrar las escuelas normales, al contrario, se van a abrir más y el que salga de ahí va a salir con su plaza”. Lo dijo después de que el día anterior había parlamentado una vez más con el liderazgo de la Coordinadora Nacional de Trabajadores de la Educación.

El Presidente aseguró que no recibió ningún apremio, “a mí nadie me presiona”. Sin embargo, la obtención de una plaza automática para los egresados de las escuelas nórmales es una de las demandas centrales de los cabecillas de esa facción, al menos desde 1993, cuando ya hubo más egresados que plazas disponibles.

Si el Presidente no sintió presión, si las marchas, plantones, tomas de casetas, cierres de aeropuerto no le causaron mella en su creencia, entonces su decisión es producto de un pacto político que, si se le busca fecha, quizá se selló el 12 de marzo de 2018 en Guelatao. Pero concedo que puede ser producto de una convicción profunda, aunque equivocada. ¡Sí, el Presidente puede equivocarse!

La CNTE y sus líderes son huesos duros de roer, no dan su brazo a torcer. No les bastó la palabra del Presidente, bloquearon el Congreso, no habrá leyes secundarias hasta que les cumplan todo y digo todo. Ya lograron mucho y van por más. La nueva exigencia: que se elimine de la Ley General de Educación los consejos de participación social.

La oferta de la coordinadora al gobierno es diáfana: “gobernemos juntos en la educación”. En otras palabras, “vamos a colonizar de nuevo el mando en la educación básica”. Y esta vez no nada más en los territorios que controlamos, “vamos a desplazar a los charros. El mensaje, nada sublime: “tú te irás y nosotros seguiremos”.

Ante las críticas por el convenio —que no fue pacto, sino autosugestión—, el Presidente comparó a los egresados de las normales con los de los colegios del Ejército y la Armada. No obstante, se le pasó señalar las exigencias para la admisión, el rigor de los estudios y la instrucción disciplinaria que reciben en sus estudios.

Para el Presidente: “Los maestros en México están capacitados y ya basta de estar partiendo de supuestos falsos”. Frase contundente. El asunto es que contradice los esfuerzos —al menos discursivos— de la Secretaría de Educación Pública. El mensaje es que la Estrategia para la Mejora de las Escuelas Normales es innecesaria, los egresados de las normales no requieren más.

El Presidente acuerda con la coordinadora, pero ningunea al Congreso Nacional de Fortalecimiento y Transformación de las Escuelas Normales, le reduce el 20% del presupuesto a las normales públicas, pero habrá plaza en automático para sus egresados.

Un cambalache que beneficiará a unos y perjudicará a la educación pública.

 

RETAZOS

Esta semana se llevó a cabo la IV Reunión de Rectores de Universidades Mexicanas y Japonesas en la UNAM. Habrá tiempo de compartir buenas noticias.

 

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