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Liderar y coordinar los esfuerzos vs. covid-19

Armando Salinas Torre

Armando Salinas Torre

En lugar de enviar mensajes claros, reina la confusión en la comunicación que se realiza hacia la sociedad en todos los ámbitos.

Un día se les acusa a los estados de ser los responsables de que no fluya en forma fidedigna y oportuna la información, y que sean los responsables del incremento de los contagios, así como de los cierres de las actividades económicas, y otro día dicen que no se trata de buscar culpables, aunque se acuse a los estados de no combatir la corrupción en sus entidades.

Lamentablemente, hasta en temas tan sencillos se envían mensajes encontrados, como el uso, o no, de los cubrebocas, un día se dice que no es necesario (pues ni siquiera el Presidente de la República o el encargado de la estrategia vs. el coronavirus los usan o no los usaban) o, por otro lado, el mensaje de resguardarnos en nuestras casas o se dice que ya podemos salir de nuestras casas, según el color de los semáforos, que estamos en rojo, pero vamos a estar en naranja, y luego se dice que siempre no, que no debimos salir porque se ha incrementado nuevamente el número de contagios.

Un día dice el responsable de la coordinación nacional vs. el covid que ya estamos por salir de lo peor, sin embargo, cada semana dice que hemos llegado a la cúspide.

Con todo ello se genera una gran confusión en la sociedad en general, desde las empresas que tratan de cumplir las medidas para cuidar a sus trabajadores, proporcionándoles cubrebocas, gel, caretas, organizando sus espacios para tener una sana distancia y, sin embargo, llegan los inspectores y clausuran los negocios porque no llenaron adecuadamente unos formularios; en cambio, existe una gran cantidad de negocios informales que continúan sin seguir los protocolos mínimos de higiene y salubridad y, sin duda, son espacios donde se incrementan las probabilidades del contagio.

Lo peor es que, en este contexto, el gobierno sigue una agenda temática dispersa: por ejemplo, se reactivó la venta de seis millones de cachitos de boletos de la (no) rifa del avión presidencial, como si las personas que no pueden salir a trabajar o que no tienen trabajo ni ingresos para sobrevivir o que tienen enfermos que no están recibiendo la atención adecuada tuvieran interés en la compra de un boleto de la (no) rifa del avión presidencial; cabe mencionar que, de acuerdo con la conferencia mañanera del lunes 13 de julio, sólo se había vendido, al 10 de julio, el 22.58% del total, cuando la rifa se realizará el 15 de septiembre.

Desde hace meses, las principales organizaciones empresariales siguen solicitando apoyo y atención por el gobierno federal para continuar manteniendo los empleos y los ingresos de las familias mexicanas, incluso la Cepal ha sido insistente en mantener políticas para mantener y promover la creación de empleos, sin embargo, los esquemas de apoyo siguen sin concretarse y los esquemas asistencialistas y clientelares impulsados hasta el momento no terminan de paliar las necesidades laborales que demanda el país.

No es tiempo de buscar culpables, sino de aportar soluciones, más allá de las divergencias de cualquier índole, pero se requiere hacer a un lado la soberbia y el autoritarismo; por el contrario, necesitamos sensibilidad y sencillez política.

Es insuficiente para enfrentar la crisis económica, de salud (por el covid) y de inseguridad pública el poder político de la Presidencia de la República, la mayoría en el Congreso de la Unión y el respaldo en la Suprema Corte de Justicia de la Nación, de varias gubernaturas de los estados y congresos locales, eso es insuficiente, porque no se ha entendido que se requiere del apoyo de los sectores empresariales (recordando que la pequeña y mediana empresa son los generadores de dos terceras partes de la mano de obra del país), así como de la sociedad en general, además, sin lugar a dudas, de la inversión extranjera.

Desde antes de tomar posesión del cargo se envió mensajes de someter el poder económico al político, cancelando el Nuevo Aeropuerto de la Ciudad de México y desalentando a la inversión extranjera en distintos ámbitos, como el energético, el farmacéutico, automotriz, entre muchos otros y, sin embargo, ahora es indispensable recuperar la confianza de los inversionistas. Se debe dejar atrás la idea de someter y recuperar la idea de conciliar y acordar las mejores condiciones de inversión y desarrollo económico del país.

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