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El coronavirus, liderazgo a prueba

Armando Salinas Torre

Armando Salinas Torre

 

En las puertas de una pandemia mundial, hay quienes siguen en campaña echándole la culpa a los demás.

Es inconcebible que nuestro país esté postergando las acciones que debemos adoptar en forma responsable, informada y organizada para enfrentar el coronavirus cuando llegue a nuestro país.

La sociedad debe emprender las acciones al respecto si las autoridades no están a la altura de la problemática, porque no podemos ni debemos esperar a que tengamos la situación que padece no sólo China, sino también Italia, Corea del Sur, Irán, entre otros, en donde la crisis obliga a las autoridades a tomar medidas urgentes por la velocidad en que se incrementan los enfermos y se suceden los fallecimientos.

China construyó un hospital en muy poco tiempo para albergar y atender a cientos de enfermos y, además, se organiza para proveer de alimentos a la población que se encuentra en cuarentena. Sin duda habrá muchos cuestionamientos sobre las acciones que realiza, las cuales no están exenta de errores, pero la situación de emergencia apremia.

No así en nuestro país, donde aún no tenemos esa situación de emergencia y que, por lo tanto, se debiera preparar a la población, primero para informarla sobre la enfermedad, concientizarla del riesgo que implica, pero, sobre todo, orientarla sobre las acciones preventivas que se deben adoptar y, finalmente, lo que se debe realizar en el caso de que se tengan los síntomas de la enfermedad, tanto para atenderse médicamente como para evitar los contagios hacia terceras personas.

En tanto que en nuestro país vecino del norte el dilema no es si llegará el coronavirus, sino en qué momento se convertirá en una crisis y cómo debemos enfrentarla, en nuestro país no hemos comenzado a abordar el problema con seriedad y responsabilidad.

La Organización Mundial de la Salud (OMS) recomienda en su página de internet (https://www.who.int/es/emergencies/diseases/novel-coronavirus-2019/advic...) lavarse las manos frecuentemente, con un desinfectante de manos a base de alcohol o con agua y jabón.

Vale la pena reiterar cómo deben lavarse las manos las personas, ya que, incluso, hay quienes ni siquiera después de ir al baño lo hacen. Tambíen debemos adoptar medidas de higiene respiratoria, por ejemplo al toser o estornudar, cúbrase la boca y la nariz con el codo flexionado o con un pañuelo, tire el pañuelo a la basura inmediatamente y lávese las manos.

Un tema importante del que no se ha hablado mucho  es el de mantener un distanciamiento social, es decir, mantener, al menos, un metro de distancia con respecto de las demás personas, particularmente de aquellas que tosan, estornuden y tengan fiebre.

Es importante evitar tocarse los ojos, la nariz y la boca, toda vez que las manos están en contacto conmuchas superficies que pueden estar contaminadas por el virus.

Existen otras medidas que la Organización Mundial de la Salud recomienda respecto de las personas que sienten algunos síntomas de enfermedad.

No se trata de generar una situación de histeria colectiva, sino de informar con claridad y oportunidad a la población, para evitar que los rumores y la desinformación ganen terreno entre la sociedad y, precisamente también evitar que se genere tal histeria colectiva y, por ende, situaciones más graves que la propia enfermedad.

Flaco favor le hacemos a nuestro país si para los graves problemas que padece nuestra nación, respecto de los cuales, en lugar de enfrentarlos con seriedad, responsabilidad y altura de miras, se continúa eludiéndolos, minimizándolos, echándole la culpa a una ideología. Los resultados están a la vista.

Tenemos una sociedad dividida, polarizada, y cada día más desencantada de la esperanza del cambio.

Ahora de lo que se trata es de demostrar para qué sirve y cómo se ejerce un verdadero liderazgo para unificar a la nación frente a un problema que se acerca, sino es que ya está entre nosotros.

A pesar de lo que se ha criticado al país, aún tenemos muchos valores que nos han ayudado a salir y enfrentar la adversidad.

Es la hora de la verdadera transformación.

 

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