Logo de Excélsior                                                        

Economía y toros

Armando Salinas Torre

Armando Salinas Torre

 

En la discusión que se ha abierto sobre las corridas de toros, muchos han sido los argumentos que grupos prohibicionistas han tratado de colocar en la opinión pública para desacreditar esta actividad, que cuenta con casi 500 años de arraigo en nuestro país. Hoy, nadie puede soslayar tanto el carácter cultural de esta tradición como el peso económico que representa.

 

  • Las cifras son claras y han sido avaladas por la propia Secretaría de Agricultura y Desarrollo Rural, según consta en el libro Caracterización y dimensionamiento del sector bovinos espectáculo en México, 2a. edición, lo que da a estas mediciones la seriedad suficiente para ser tomadas en cuenta en los debates que giran en torno a esta tradición.

Previo a la pandemia, en 2019, el valor total de la industria taurina fue de 6,900 millones de pesos, un monto que refleja la envergadura de esta actividad y muestra la imperiosa necesidad de preservarla como un necesario motor del crecimiento económico que requerimos en estos momentos de estancamiento, producto de la pandemia mundial.

Esta cifra explica el alto número de empleos que la fiesta brava genera: 242 mil fuentes de trabajo, directas e indirectas, una cifra que no debería ser desdeñada por quienes atacan la tauromaquia o por quienes dudan de preservarla.

La cadena productiva que forma parte de esta industria es altamente compleja. Forma parte de ella una serie de actividades como los sueldos a toreros, subalternos, rejoneadores, areneros y puntilleros. Destaca todo el trabajo que se realiza en torno a una ganadería (más de 260 registradas en la Asociación Nacional de Criadores de Toros de Lidia) y que se ubican en más de 160 municipios de alta y muy alta marginación en distintas regiones del país. Debe tomarse en cuenta la derrama turística y restaurantera que significa la organización de festejos tanto en la Ciudad de México como en el interior de la República.

Forma parte de la cadena productiva el trabajo artesanal de los sastres taurinos, todas las expresiones artísticas que giran en torno a esta tradición (fotografía, pintura, escultura y moda), la labor de las empresas, el boletaje y toda la red de transporte nacional que significa la fiesta brava, por citar algunos sectores.

Cada uno de los rubros que integran esta industria y que están perfectamente avalados por las autoridades competentes representan también un beneficio para las arcas del Estado. La derrama fiscal de la fiesta brava alcanza un promedio anual de más de 800 millones de pesos.

No cabe duda que a México le costará tiempo y esfuerzo salir adelante de la crisis económica en la que nos encontramos sumergidos. Deben llamar la atención las recientes previsiones de la agencia calificadora Moody’s Analytics, que vislumbra para nuestro país, al menos, tres trimestres de recesión, en medio de uno de los entornos inflacionarios más agudos al que hayamos asistido en los últimos años.

El panorama para México y el mundo no es alentador. Atentar en contra de la tauromaquia es un error en todos los sentidos y notoriamente en el aspecto económico. Es, sin duda alguna, una de las actividades que generan derrama económica en nuestro país y claramente un motor para la creación de empleos y bienestar para miles de familias mexicanas. La vulneración que representa para México el ataque a la fiesta brava y todo lo que ésta aporta por fundamentalismos como el que han mostrado distintos grupos llamados, erróneamente, animalistas, pareciera uno de los mayores despropósitos de nuestros tiempos.

 

  • Tanto legisladores como autoridades gubernamentales e integrantes del Poder Judicial tienen la obligación de tomar en cuenta el peso económico de esta tradición altamente arraigada en nuestra sociedad, particularmente en los pueblos originarios, que son orgullo de México y a los que tenemos la obligación de preservar.

 

 

Comparte en Redes Sociales