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Dos años de incertidumbre económica

Armando Salinas Torre

Armando Salinas Torre

La incertidumbre ahuyenta la inversión privada, nacional y extranjera, afecta el crecimiento económico e implica menos empleos.

Desde antes de la pandemia, a finales de 2019, la economía de nuestro país se contrajo, de acuerdo con información del Inegi, publicada por Excélsior (“Concluye racha de crecimiento; la economía se contrajo 0.1% en 2019: Inegi” [excélsior.com.mx]), como resultado de los mensajes de incertidumbre que se habían enviado a los inversionistas, incluso antes del inicio formal del actual gobierno.

En este contexto, la economía padeció la cancelación de licitaciones en todas las dependencias del gobierno federal e incluso de la Ciudad de México, la mayor de ellas fue la cancelación de la construcción del Nuevo Aeropuerto de la capital del país.

Esta misma política de incertidumbre frente a la inversión continuó con las señales confusas en la implementación de la reforma energética, por ejemplo, al detener la autorización de inversiones en energías ambientalmente sustentables y el ataque constante a los órganos autónomos, tanto de regulación energética como de telecomunicaciones, de acceso a la información, entre muchos otros.

Sin duda alguna que la pandemia ha profundizado la crisis económica que ya teníamos; tan sólo bastaría mencionar que, de marzo a julio del presente año, se perdieron más de un millón de empleos, conforme a información del Instituto Mexicano del Seguro Social, publicada en Excélsior (“Se recuperan 92 mil empleos formales; México revierte cinco meses de pérdidas” [excelsior.com.mx]); a pesar de las leves recuperaciones que ha tenido la economía en los últimos meses.

Mientras el gobierno del presidente electo de nuestro vecino país del norte se esmera en dar señales de certidumbre económica, por ejemplo con la designación de los miembros de su gabinete con experiencia y cualidades que generan confianza en los inversionistas a nivel mundial, nuestro gobierno continúa esta política que genera incertidumbre y ahuyenta las inversiones.

En estos dos años del actual gobierno se han presentado diversas iniciativas de legisladores integrantes de los grupos parlamentarios del partido gobernante y sus aliados, así como del propio Ejecutivo federal sobre el manejo, administración y disponibilidad de los fondos de inversión de los trabajadores (afores), lo cual también ha generado enorme incertidumbre entre los inversionistas en este ramo (“Cambio en Afores no es para generar miedo: López Obrador” [excelsior.com.mx]).

Ahora bien, después de casi dos años de que se habían venido convocando y realizando diversos foros de discusión sobre un proyecto para regular la subcontratación en el Senado de la República, incluso se llegó a tener un dictamen en el pleno de dicho órgano legislativo y fue regresado a las comisiones legislativas para que nuevamente se discutieran las propuestas; una vez más, generando gran incertidumbre en el ámbito de las inversiones, el pasado 12 de noviembre se presenta, en la Cámara de Diputados, la iniciativa presidencial (12 nov anexo I.qxd [diputados.gob.mx]) para prohibir la subcontratación.

Todo lo que se había discutido y avanzado entre la iniciativa privada, legisladores y gobierno en la Cámara de Senadores ha sido un esfuerzo inútil, porque habrá que discutir una nueva propuesta ahora en la Cámara de Diputados, pero, sobre todo, en las mesas convocadas en Palacio Nacional.

Una vez más se genera incertidumbre entre quienes estaban considerando invertir en nuestro país para generar fuentes de empleo, bajo una legislación que podría generar condiciones favorables frente a la competencia internacional en América Latina para atraer inversión nacional y extranjera.

El discurso populista de la defensa del pueblo y de los trabajadores no se ha traducido, en estos dos años, en acciones de gobierno que rindan resultados concretos que deriven en mejores condiciones para que ese sector de la población pueda salir adelante mediante mayores y mejores oportunidades educativas, de salud y, sobre todo, de empleo; si acaso, una parte de esta población se ha beneficiado de unos cuantos pesos para perpetuar y conservar su condición de pobreza y garantizar su voto en las próximas elecciones.

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