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4T con errores del pasado

Armando Salinas Torre

Armando Salinas Torre

En lugar de despidos masivos, cancelación de inversiones, negociar impunidad a cambio de lealtad, debiera dedicar todo el esfuerzo a mejorar las condiciones de vida de los habitantes de nuestro país. Continúa el nivel de descomposición de las instituciones, por ejemplo, en el ámbito de la seguridad, más allá del objetivo de reducir los índices delictivos o legitimar al gobierno en turno, debiera recuperar la confianza ciudadana a partir de una atención al público respetuoso, cordial y eficaz para generar confianza y seguridad, no lo contrario.

Siguiendo el mismo ejemplo, desde hace décadas es un lugar común que se evite denunciar los delitos por la ineficacia de la denuncia, la prepotencia que revictimiza, la pérdida de tiempo para “levantar” un acta, entre muchos otros factores que terminan incidiendo en la sensación de desamparo por parte del Estado o incluso vulnerabilidad ante los miembros de las propias corporaciones de las instituciones que debieran velar por la seguridad ciudadana.

Todo este tiempo se han destinado cantidades verdaderamente insultantes del erario a un sistema nacional de seguridad pública cuyos hechos evidencian su ineficacia.

A estas alturas no han logrado entender que el objetivo de las instituciones públicas está equivocado, puesto que insisten en bajar los índices de la delincuencia a como dé lugar, sin darse cuenta de que continúan sacrificando la propia percepción de inseguridad de los ciudadanos, con el fin de lograr un objetivo que ni siquiera alcanzan.

Hasta ahora es evidente la ineficacia por evitar que los criminales sigan robando, asesinando, secuestrando o, en general, sigan delinquiendo. Obtendrán los mismos o peores resultados si implementan las mismas estrategias, como la creación de la Policía Federal Preventiva, transfiriendo militares a la policía, nombrando militares al mando de las instituciones de seguridad, incluso en las corporaciones de seguridad de la mayoría de las entidades federativas.

La ciencia ha demostrado que cada vez que se realizan acciones similares, difícilmente se obtendrán resultados diferentes. Por ello deberíamos intentar algo diferente. Para lo cual, a partir de los muchos estudios que se han realizado por otras perspectivas de la criminología, distintas a la tradicional, es más probable que obtengamos resultados diferentes.

No se trata de ocurrencias, sino de estudios e investigaciones de prestigio a partir de los cuales se controla y supervisa el desempeño de las instituciones públicas en beneficio de la sociedad. Que los controles de calidad en el servicio y atención al público se incorporen en la evaluación del desempeño de las instituciones.

La percepción de la inseguridad de la sociedad está más asociada al desempeño de las instituciones y el entorno social, que a la realidad objetiva y probabilidad real de la comisión de hechos delictivos en concreto.

En la medida en que se mejore la prestación de los servicios de atención al público, que tienen que ver con problemáticas inmediatas, se mejorará la percepción social respecto de sus instituciones y también de la seguridad ciudadana.

Reitero que las instituciones públicas adolecen de una serie de deficiencias que les impide cumplir los objetivos para los cuales fueron creadas, porque ni se supervisan, ni controlan sus propios servicios, sino que pretenden incidir en fenómenos sociales que poco o nada modificarán, como la incidencia delictiva, siguiendo el ejemplo planteado.

En lugar de fabricar culpables, se debe realizar la función de investigación, persecución y procesamiento conforme a la ley y los protocolos de mayor calidad posible, para que se procese a los que efectivamente sean culpables y cumpliendo las normas que garanticen el debido proceso, para que tampoco se deje en libertad a los delincuentes por violaciones que, aunque para muchos les parezca cuestiones menores, en realidad el debido proceso son mecanismos legales que garantizan los derechos de todos.

En la medida en que se mejore la calidad del servicio de atención al público, así como mejore en general la actuación de los servidores públicos en el cumplimiento de sus funciones, estableciendo controles y mecanismos de supervisión independientes, habrá un verdadero cambio.

Sin embargo, si sólo se pretende legitimar un régimen a como dé lugar o cambiar a las personas que controlan los aparatos del Estado, sin lograr establecer mejores condiciones de vida para la sociedad en general, sólo habrá sido un cambio para que todo siga igual…o peor.

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