Logo de Excélsior                                                        

#NoMeCuidanMeViolan

Armando Ríos Piter

Armando Ríos Piter

 

Gran indignación generó en diversos sectores de la sociedad mexicana la denuncia por parte de una menor de edad. La joven, de 17 años, señaló que fue violada a manos de policías de la Secretaría de Seguridad Ciudadana de la Ciudad de México. Este episodio volvió a poner en la vitrina la seguridad en la CDMX y, sobre todo, vuelve a poner a discusión la integridad de las mujeres en el país.

La joven denunció que fue violada por cuatro policías preventivos durante la madrugada del pasado sábado 3 de agosto en la alcaldía Azcapotzalco. En su relato al Ministerio Público, señaló que tras acudir a una fiesta fue atacada en el trayecto a su hogar. Aunque posteriormente salieron en televisión videos de cámaras de vigilancia que pusieron en duda los hechos narrados por parte de la menor, grupos de mujeres convocaron a un mitin para manifestarse en contra de estas agresiones.

La violencia contra las mujeres no tiene, en éste, un caso aislado. Cabe recordar el reciente episodio en el que otra menor fue abusada por un policía en el Museo Archivo de la Fotografía o el terrible caso en el que Daniela Ramírez desapareció tras abordar un taxi en mayo pasado, y cuyos restos fueron encontrados el 11 de julio. En México, el 41.3% de las mujeres ha sido víctima de violencia sexual y cada cuatro minutos ocurre una violación sexual. En su forma más extrema, nueve mujeres son asesinadas al día. Basta mencionar que sólo de enero a junio de 2019 suman mil 800 denuncias por abuso sexual en la CDMX; de seguir esta tendencia, se rebasará el número de 2018, cuando fueron dos mil 518 víctimas.

En este preocupante contexto, el pasado viernes se realizó un mitin en la Glorieta de avenida de los Insurgentes. De acuerdo con la convocatoria, diversas organizaciones sociales y estudiantiles exigirían la renuncia de autoridades del gobierno de la ciudad y demandarían el esclarecimiento de los hechos. Entre otras cosas, solicitaban “decretar la alerta de género en la CDMX, enjuiciar a los culpables de delitos contra la mujer y la garantía de reparación y no repetición de hechos violentos”.

No me cuidan, me violan, fue uno de los principales gritos que retumbaron frente a instalaciones de la Secretaría de Seguridad Ciudadana por parte de unas mil mujeres que ahí se congregaron. Sin embargo, una hora después de la cita, las actividades en las inmediaciones del Ángel de la Independencia se salieron de control. Cabe destacar que todo esto ocurrió en presencia de elementos femeninos que estaban desarmados.

Durante la protesta, un grupo de alrededor de 40 mujeres atacó la sede de la policía, la estación de Metrobús ubicada en Insurgentes y el Ángel de la Independencia, así como vandalizaron comercios, hubo agresiones y lesiones a ciudadanos, periodistas y uniformados. ¿Existe justificación para estos hechos?

Según la ONU, la violencia contra las mujeres y las niñas es una de las violaciones de los derechos humanos más graves, extendidas, arraigadas y toleradas en el mundo. De forma alarmante, México no es la excepción. En nuestro país, las mujeres sufren diferentes tipos de violencia en el hogar, en el transporte, en la vía pública, en las universidades, en el trabajo y en un largo etcétera. Al menos seis de cada 10 mujeres mexicanas han enfrentado un incidente de violencia.

Por esta razón, ha sido terrible que parte de la opinión pública, incluidas algunas autoridades —más con intención política que social— busque darle la misma dimensión a las pintas y a los daños causados en inmuebles que al tema fundamental que motivó el mitin.

De ninguna manera es justificable que se desarrollen actos vandálicos en propiedad pública o privada, pero la dimensión del problema que las mujeres buscaron dejar manifiesto es mucho más profunda. Por encima del discurso de que “no caerán en provocaciones” o las insinuaciones de que es “la oposición la que está detrás de estos hechos”, el gobierno debería mostrar un apoyo irrestricto a las mujeres y proceder judicialmente contra provocadores puntualmente identificados, como quien atacó al periodista Juan Manuel Jiménez.

Se exige al gobierno capitalino que se alíe con la causa fundamental: se requieren acciones contundentes contra la inseguridad y, especialmente, para garantizar que las mujeres se sientan seguras. Esta es una nueva llamada de atención. ¿Cuántas más serán necesarias?

 

Comparte en Redes Sociales

Más de Armando Ríos Piter