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Melancolía

Lucero Solórzano

Lucero Solórzano

30-30

Difícil de definir y más aún de sobrellevar la melancolía es definida en forma impecable y poética por Lars von Trier, polémico cineasta danés, en su más reciente película Melancolía (Melancholia, Dinamarca-Suecia-Francia-Alemania, 2011).   

Está protagonizada por Kirsten Dunst que se ha visto como la rubia bobalicona con poco talento, pero que en Melancolía luce poderosa, convincente e intensa, lo que le valió el premio a la mejor actriz en el Festival de Cannes de 2011 e innumerables reconocimientos y nominaciones en otros eventos cinematográficos.

Aunque evidentemente Von Trier ya se ha alejado de su famoso Decálogo del movimiento Dogma 95 que fundara junto a Thomas Vinterberg, hoy se ha consolidado como un director con un estilo personal y sin duda Melancolía bebe de sus anteriores películas como Dogville, Anticristo o Bailando en la oscuridad. En sus dramas explora personajes muy humanos, desolados, abatidos por la pérdida, el dolor, el entorno hostil, el vacío. Su cine no es para todos los gustos, tiende a revelar su narcisismo y en ocasiones es un poco arbitrario, pero si el resultado siguen siendo películas como las antes mencionadas o Melancolía,  ahora sí que como dicen los chavos “Lars, nunca cambies”.

Melancolía es un drama familiar, punzante crítica de las clases altas y sus grandes carencias en medio de la abundancia, en el que Justin y Claire, dos hermanas interpretadas por Dunst y Charlotte Gainsbourg, se van viendo envueltas en una profunda desolación mientras que al mismo tiempo un planeta, llamado Melancolía, pasará cerca de la Tierra. El director divide la cinta en dos actos, uno dedicado a Justine y la segunda parte a Claire. Sin duda Von Trier arranca excelentes interpretaciones de sus dos protagonistas.

La película abre con un expresivo primer plano de Dunst seguido por escenas de gran belleza que parecen inconexas e incomprensibles pero que conforme transcurre el relato nos permiten comprender mejor al personaje. Durante toda la película se escucha como leitmotiv el Preludio y muerte de amor de Tristán e Isolda de Richard Wagner que refuerza esa sensación de desolación que viven las dos protagonistas. Von Trier juega, además, con la ciencia ficción al llevar como trama paralela la cercanía del bello y misterioso planeta que se ve amenazante en el horizonte y que parece no importar a algunos y a la vez altera drásticamente a las dos hermanas.

El relato se inicia en la profundidad de un bosque cuando una aparatosa limusina blanca que se mueve por un estrecho sendero transporta a una pareja de novios el día de su boda: Justine y Michael (Alexander Skarsgard). Están enamorados, se ven felices, bromean ante la imposibilidad del chofer para maniobrar el aparatoso vehículo lo que causa una demora de casi dos horas para su llegada a la casa de Claire y su cuñado (Kiefer Sutherland) que ofrecen la fiesta para la boda de Justine y que la reciben molestos.

Sea por la proximidad del planeta o por los momentos incómodos que los padres divorciados de las jóvenes provocan en la fiesta, los intentos de Justine por tener una “boda normal” son inútiles y aflora su verdadero sentir ante el vacío sofocante de su vida sumergiéndose en una profunda melancolía que nadie comprende. Mientras el marido de Claire parece fascinado con la observación a través de un telescopio del fenómeno en el cielo, ella empieza a preocuparse ante la posibilidad de que Melancolía choque con la Tierra y todo se acabe, a la vez que Justine vive el proceso de la cercanía de la muerte y un Apocalipsis con serenidad y casi sumisión.

Melancolía, una cinta devastadora, con bellísima fotografía, espléndida banda sonora y buenas actuaciones. Von Trier no se anda con contemplaciones y pone nuestra atención en la desesperanza ante nuestra realidad y la muerte con formas muy distintas de enfrentarla que van de la apatía a la rebeldía, del miedo a la resignación.

Muy recomendable. 9/10.

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