“Que los migrantes y quienes viven los horrores de la Guerra sientan paz esta Navidad”

El mensaje de Navidad del Papa León XIV en favor de la paz mundial y en especial para que cesen las tribulaciones del pueblo ucraniano y el sufrimiento en la Franja de Gaza, resonó esta Navidad en la catedral de México.

Las oraciones principales en la misa de Navidad encabezada este jueves 25 de diciembre por el arzobispo primado de México, Carlos Aguiar Retes, desde el recinto religioso más importante de todo el país, se centraron en pedir por los gobernantes del mundo, sus naciones y sobre todo por aquellas vidas marcadas por las acciones belicosas en distintas regiones del planeta.

"Por todas las naciones del mundo para que reine en ellas la paz; sus gobernante las dirijan con espíritu de servicio y cada día sea más estrecha la hermandad universal que Cristo ha traído con su nacimiento; por los pobres y los enfermos, por los prisioneros, los refugiados, los desterrados, los migrantes y quienes sufren los horrores de la guerra, para que estos días de Navidad sientan - de alguna forma - la paz y el amor que Cristo ha traído al mundo", se enlistó en la oración universal de la misa solemne realizada en concelebración con el rector de la catedral, Antonio Carballo.

Previamente, en su homilía el cardenal Aguiar Retes abordó el significado de la Navidad, celebrada por miles de millones de seres humanos en el mundo.

El nacimiento de Jesús es "un acontecimiento de familia" y un camino a la paz, destacó el cardenal.

En realidad, Jesucristo ya nació hace 2025 años, pero ¿ha nacido en nuestro corazón?; ¿realmente está reinando en mi interior?; ¿está siendo mi vida, mi camino a seguir? (...) Preguntémonos cada quien" planteó.

Aguiar Retes señaló que en su momento la comunidad judía no tuvo la capacidad de reconocer la naturaleza divina de Jesucristo; pasado el tiempo, el mundo se reúne en esta fecha para celebrarlo.

"Es un hecho inaudito e incluso para el para el pueblo judío que se había preparado por siglos para el cumplimiento de este acontecimiento, no tuvieron la capacidad de reconocer en la persona de Jesús la presencia del Dios vivo. Esto ahora nosotros lo celebramos, lo aceptamos y gozosamente lo compartimos particularmente en nuestras familias; por eso la Navidad se ha vuelto un acontecimiento de familia y es lo que celebramos y agradecemos a Dios, que nos haya enviado a su hijo, asumiendo desde luego nuestra naturaleza humana", explicó el cardenal.

Por último, el arzobispo invitó a las personas a ser mensajeros de paz y a seguir el camino de la verdad así como diferenciar lo verdadero de lo que no es.