La dura realidad que viven los productores de 'oro blanco'

PUEBLA,, MÉXICO

Por varias generaciones, al sur del estado de Puebla, en la Reserva de la Biosfera Tehuacán Cuicatlán, existen grupos de productores en el municipio Zapotitlán Salinas, que continúan la tradición ancestral de producción de sal orgánica.

Debido a la situación geográfica de la sierra mixteca, hay yacimientos de agua salada desde hace millones de años.

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Juan Diego Hernández Cortés es uno de los productores de este lugar que sigue con la tradición. Son más de 70 personas las que continúan produciendo sal de forma natural.

Para la recolección de la sal, la técnica ha cambiado. Antes el agua se recolectaba en ollas de barro y esperaban a que se evaporara para después sacar la sal en piezas o panecillos.

“Este producto llegó a valer tanto que llegaron a llamarlo oro blanco. De ahí viene el nombre de salario como una forma de pago”, relató Juan Diego.

Pero la forma de recolectar cambió y ahora se hace en albercas o patios, que se llenan de agua extraída de pozos a través de manguera o bomba de gasolina.

Los patios que miden tres metros cuadrados por 10 a 12 centímetros de profundidad, se llenan dos a tres veces al día; y es de cinco a ocho días, que se empiezan a formar cristales los cuales se recolectan en forma de montículos.

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Para darle un valor agregado al producto y sea rentable, algunas personas como Juan Diego han innovado con presentaciones de sal condimentada con varias yerbas como epazote, hoja santa, aguacate, cebolla o ajo.

La Secretaría de Medio Ambiente y Recursos Naturales (Semarnat) informó que aunque todavía no cuentan con una marca y no es conocida a nivel nacional, productores como Juan Diego son invitados a eventos internacionales para mostrar cómo aprovechan sus recursos naturales de manera sustentable.

Para Juan Diego es importante que la gente conozca este producto, y lo consuma para que continúe esta tradición milenaria.

*JVR