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Expresiones

Wilhelm Brasse, en la piel de un sobreviviente en Auschwitz

Luca Crippa y Maurizio Onnis reconstruyen el trabajo del fotógrafo polaco de la SS que retrató a los prisioneros de ese campo de concentración

JUAN CARLOS TALAVERA | 20-03-2024
El fotógrafo de Auschwitz
Un libro cuenta la historia de Wilhelm Brasse, quien retrató a los prisioneros de Auschwitz y luego documentó los experimentos médicos de los nazis. Fotos: Cortesía Luca Crippa/ Especial/ Reuters

Cuando el fotógrafo Wilhelm Brasse (1917-2012) conoció a Karol, un marinero polaco detenido en el campo de concentración de Auschwitz, en 1941, recibió la orden de fotografiar el tatuaje de su espalda, que ostentaba una serpiente con escamas bien perfiladas, en tonos rojos y azules. Nunca imaginó que días después encontraría aquella piel tatuada sobre una mesa de madera, lista para ser curtida por un oficial nazi y que sería utilizada para encuadernar un libro.

Ésta sólo es una de las imágenes y anécdotas que Luca Crippa y Maurizio Onnis reconstruyen en El fotógrafo de Auschwitz, el libro que cuenta la historia Brasse, fotógrafo profesional que la SS designó para tomar las fotografías de identificación de todos los prisioneros de Auschwitz y que, más tarde, debió documentar los experimentos médicos de Josef Mengele, a cambio de sobrevivir.

“Eso que contamos en el libro sucedió más de una vez y las fuentes (documentales) nos dicen que la piel se quitó para usarla de varias maneras”, dice a Excélsior Maurizio Onnis vía Zoom desde Italia.

“Existen documentos de la época y testimonios de sobrevivientes que hablaron de esto que pareciera superar a la ficción, quizá porque no queremos aceptar que el hombre es capaz de hacer cosas que rebasan los límites de la crueldad. Aunque siempre es así y ni siquiera es necesario hablar del Holocausto, porque nuestra realidad es cruda y llega más allá de nuestra imaginación”, asegura Onnis.

Y aunque han pasado más de 80 años, explica Onnis, hoy no estamos preparados para ver las imágenes de Auschwitz. “Recordemos que existen muchos documentales crudos, textos, películas, fotografías y testimonios de gente que vivió aquel Holocausto, pero son tan crueles que, quizá, por eso se tendemos a no creer la realidad”, acepta.

¿Cómo obtuvieron el material fotográfico para recrear este mosaico de historias?, se le preguntó a Luca Crippa.

“De dos lugares que conservan el material: el Museo de Auschwitz y otro más en Jerusalén, donde pedimos copias de las fotos, pero nos pidieron firmar una carta que nos impidiera difundirlas en internet o en otras fuentes, porque representan a personas humilladas por la violencia, los experimentos, los golpes y, por tanto, su dignidad queda muy dañada; es material que el público no conoce”.

¿Por qué destacan el esfuerzo de Wilhelm Brasse por mantener la dignidad de los deportados?, se le cuestionó a Onnis.

“Porque la fotografía es una forma de arte y una herramienta visual, y aquí se aprecia la capacidad del fotógrafo para sacar a relucir el alma de las personas retratadas. No son simples imágenes sin vida, sino que se puede mostrar a la persona y lo que esconden detrás de cada rostro.

“Además, Brasse tuvo la habilidad de captar e intuir en sus fotografías
–pese a estar vestidos con la misma ropa– la historia de cada rostro”, añade Onnis.

Luca Crippa recuerda que el origen de Brasse –de padre austriaco y madre polaca– le valió ser considerado miembro del pueblo alemán. “Cuando la Alemania de Hitler invadió Polonia, le propusieron a Brasse que se uniera al ejército alemán, pero él nunca accedió, porque se sentía polaco y pensaba que el ejército alemán cometía una grave injusticia”.

Así que su historia y el mensaje de sus fotografías son muy fuertes –añade Crippa–, “porque nos dicen que esto puede pasarnos en el siglo XXI, al optar por una política basada en la guerra”.

Finalmente, Maurizio Onnis reflexiona sobre la indagación del libro y las guerras del presente, como en Ucrania. “Más allá de algunas diferencias, lo impresionante es cómo el avance de los medios tecnológicos nos permite contar cada vez más de cerca la guerra”, lo cual no ocurrió en la Segunda Guerra Mundial.

“En el tema de la guerra siempre estamos en el mismo punto: donde un hombre, un grupo de hombres, un gobierno o un grupo de gobiernos, por razones que no puedo entender, quiere dominar a otro hombre, a otro grupo de hombres, a otro gobierno, a otro grupo de gobiernos. Y para lograrlo están dispuestos a hacer cualquier cosa, lo cual para mí es inexplicable y
seguirá siendo inexplicable para siempre”, concluye Onnis.

 

  • TÍTULO: El fotógrafo de Auschwitz
  • AUTORes: Luca Crippa y Maurizio Onnis
  • Editorial: Planeta. México, 2024; 275 pp.

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