¿Es lo mismo que rutinario? Te contamos cuál es el significado de Monotonía

Shakira nos ha regalado un par de versos de los que muchas parejas o ex parejas se identificaron, pero de qué hablamos cuándo se menciona la palabra monotonía, ¿es lo mismo que rutinario? Si es así porque cuando algunas parejas terminan su relación extrañan lo que hacían antes.

Comencemos con lo básico… Busquemos la definición en el diccionario de la Real Academia Española, de acuerdo con el concepto su significado es falta de variedad en cualquier cosa, pero eso nos lleva al mismo problema del principio, ¿no es lo mismo que una rutina?

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Alexia Analiza es una psicoanalista que comparte su conocimiento en redes sociales. Ante la pregunta de saber si la monotonía puede romper una relación, ella diferenció entre rutinario y monótono.

“La monotonía tiene una cosita en especial que la acompaña: apatía. Cuando alguien comienza a sentir apatía hacia su relación ahí es cuando hay que tener ojo”, comparte la profesional de la salud en redes sociales. 

La psicóloga explica que en ocasiones las parejas dicen que la rutina puede comenzar a aburrirlos; sin embargo, si esto comienza a pasar, la pareja no es la que tendría la responsabilidad de que eso suceda

“Tu podrías disfrutar el ir a Six Flags con tu pareja como ir por un café. Cuando creas que se está perdiendo esa chispa que puede ser normal porque dentro del enamoramiento normal hay subidas y bajadas, lo importante es comunicarlo y hablarlo”.

Por su parte, Hugo Sánchez Castillo, académico e investigador de la Facultad de Psicología de la UNAM, menciona que cualquier rutina o hábito nos brinda la oportunidad de adaptarnos a nuestro entorno. La monotonía, en cambio, nos hunde en un abismo de tedio y hastío.

“La rutina se vuelve reforzante, es decir, me da gusto levantarme a las siete de la mañana, salir de casa a las ocho, llegar a mi trabajo a las nueve y estar ahí hasta las seis de la tarde, aunque esto lo haga todos los días. Pero si deja de tener ese componente emocional, la rutina se vuelve monótona. Las áreas del cerebro relacionadas con la atención y la concentración sufren un colapso, y yo empiezo a aburrirme de mi trabajo y a considerarlo fastidioso”, agrega Sánchez Castillo.

¿Qué es un elemento reforzante?

Un individuo atrapado en una situación repetitiva, sin alicientes, dentro de un contexto plano todo el tiempo, transitará tarde o temprano hacia otros estados emocionales que podrán causarle ataques de ansiedad y depresión.

“En efecto, cualquier actividad gobernada por el sistema nervioso central intenta ajustar la dinámica de su funcionamiento para romper con la monotonía. De este modo, ante una actividad monótona, la ansiedad y la depresión pueden aflorar como mecanismos patológicos cuya función es hacer que el sujeto se desenganche de ella”, indica Sánchez Castillo.

Asimismo, como consecuencia de la monotonía, las personas también corren el riesgo de caer en conductas intempestivas (por ejemplo, emprender un viaje para huir de las obligaciones laborales) y en adicciones (se sabe que en algunos pueblos donde la violencia de los cárteles de la droga obliga a los pobladores a permanecer en sus casas, muchos de éstos recurren al alcohol cada vez con más frecuencia para combatir la monotonía en la que se hayan sumidos).

¿Cómo podemos combatir la monotonía?

El académico e investigador responde: “Hay que tratar de descubrir en la actividad diaria elementos que nos proporcionen satisfacción y bienestar, es decir, elementos reforzantes. Yo sé que esto es bastante difícil porque, regularmente, no tenemos el trabajo que quisiéramos, sino el trabajo que obtenemos, lo cual nos puede llevar a la monotonía. Con todo, es indispensable buscar opciones para que la actividad diaria no nos parezca monótona. Si esto no es posible, debemos recurrir a otro tipo de actividades que rompan con la monotonía y que también puedan convertirse en hábitos, como ir al cine, salir de paseo con la familia, practicar algún deporte, etcétera.”

Y si nada de lo anterior funciona y alguien sucumbe a la desesperación, lo más recomendable es que vaya con un profesional de la salud (psicólogo, psiquiatra, neurólogo o médico general), ya que él será capaz de ayudarlo a encontrar mejores estrategias para hacerle frente a este problema.

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