Jazzamoart, orgulloso hijo de la mermelada
El artista Jazzamoart develará hoy su mural Quinteto del Bajío, en el que plasma su pasión por la música y su niñez en Irapuato, tierra de las fresas

Como un homenaje sonoro-visual a lo más entrañable de su infancia, el pintor y escultor Jazzamoart (Irapuato, 1951) develará hoy su mural Quinteto del Bajío, memorias de Irapuato en el Teatro de la Ciudad de su tierra natal, desbordado de elementos iconográficos de la vida y de la historia de Irapuato, así como de sus personajes más emblemáticos”, adelanta en entrevista con Excélsior.
“Lo que predomina en este mural es, desde luego, mi pasión por la música y por pintarla. Entonces, al centro está el quinteto, rodeado por un paisaje y una especie de ambientación con algunas de mis memorias más importantes en Irapuato”, explica.
Además, asegura que la pieza no tiene un afán protagónico. “Es un sueño con mi pueblo, que ha crecido mucho económicamente, aunque culturalmente seguimos pobres, porque ya tenemos este Teatro de la Ciudad, que es donde vamos a poner el mural, pero siempre es un poco difícil este tema, porque siempre va al último y no hay dinero, pero finalmente se logró el mural”, aunque reconoce que su verdadero sueño es edificar un museo de arte contemporáneo en esta región.
Sobre las imágenes que eligió para plasmar en el mural, asegura Jazzamoart, cuyo nombre de pila es Francisco Javier Vázquez Estupiñán, van desde elementos iconográficos de su vida hasta la historia de la ciudad, como la antigua parroquia, convertida en La Catedral; la fuente florentina, donada por Maximiliano y Carlota; la Plaza de Toros Revolución, las Estación de Tren, la Virgen de la Soledad, la zapatería París, los quesos de pila, el Museo de la Ciudad, las canastas con fresas y personajes emblemáticos como Vasco de Quiroga.
“También aparece el Estadio de Fútbol Sergio León Chávez y la Trinca Fresera que, aunque no hemos ganado casi nada (en futbol), somos hijos de la mermelada. Siempre digo que las dos porras más bonitas son la del Atlante, que es bastante atrevida, y la del Irapuato, porque ser hijo de la mermelada que, como les digo en mi tierra, es como ser hijo de la chingada, pero dulce. Y todo esto aparece en el mural que pinté con los mejores materiales para que dure toda la vida y sea un espejo de cualquier irapuatense radicado o adoptivo”, asevera.
¿Es usted hijo de la mermelada? “Sí, soy hijo de la mermelada y me gustaría tener el suficiente poder para que tuviéramos un mejor equipo de futbol y algún día soñar con ser campeones, porque el Irapuato, en su historial, lo más que ha ganado ha sido un segundo o tercer lugar en los torneos largos, y alguna vez tuvimos un campeón goleador, Chava Ruiz, en los años 60.
El mural, de 3.60 de alto por 10 metros de largo, fue realizado en óleo sobre lino y es el relato de las memorias pintadas de Jazzamoart, que rinde homenaje a los paisanos del artista, desde sus padres y abuelos hasta quienes admira y han dejado un legado por los lares freseros.
¿La música es el personaje central?, se le insiste. “Como su nombre lo indica, es el Quinteto del Bajío, cinco músicos que llevan saxofón, batería, contrabajo, piano y trompeta. Ellos lo protagonizan. Pero lo que más me importa de la obra es compartir la pintura y el arte, porque, afortunadamente, tuve la libertad de hacer lo que me diera la gana, es decir, no me pidieron que pintara el retrato de fulanito ni el homenaje a algún héroe, es decir, no hubo ninguna línea política y sí total libertad de expresión”.
¿Qué tan viable sería crear un museo de arte contemporáneo en Irapuato? “Llevamos varias gestiones con la gente que ha dirigido los destinos de la ciudad, pero el problema es eterno, porque el arte va a contracorriente, siempre heroico, pero no debemos consolarnos porque en otras partes están peor.
“Entonces, es una labor ardua y yo no sé cuándo lo vamos a lograr, sólo tenemos algunas luces. Mucha gente ha creído en mí y me ha apoyado, pero al final nos hemos topado con la parte dura: la falta de presupuesto, pero ahorita tengo esperanzas de que en este tiempo se puedan hacer cosas. Además, no tengo partido político; mi partido es el arte y me vale madre quién esté en el poder, lo único que quiero es que apoye a Irapuato para que sea mejor, sobre todo culturalmente, y si el sueño del museo no lo logro… ya se lo encargué a mis hijos y a mis jóvenes paisanos”, concluye.
- 3.6 metros de altura por 10 metros de largo mide el mural.
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