Escarba en el linaje materno; Ilya Noé, en el MUAC

La maleabilidad de la memoria, la búsqueda de la identidad personal, la relación ambivalente con la madre, la ausencia y el duelo son algunos de los temas sobre los que invita a reflexionar la artista visual mexicana Ilya Noé en su video Eva, 2004/2023.

La obra, que se exhibe en la Sala 10 del Museo Universitario Arte Contemporáneo (MUAC) hasta septiembre próximo, integra fragmentos de cintas familiares de la creadora, tomadas en Súper 8, que muestran desde su nacimiento, su infancia, sus juegos y, sobre todo, la presencia constante de su madre, recién fallecida.

Ser testigo de mi nacimiento es uno de mis primeros recuerdos, pues veía esas películas con mis papás desde que era muy chica. No sé si es un recuerdo o me lo estoy armando”, comenta Noé en entrevista desde Berlín, donde vive y trabaja desde 2011.

Quien estudió primero escultura y pintura, luego fotografía, para realizar después instalación y performance, ha seleccionado el video, que explora poco, para abordar un tema tan personal.

Realicé la primera versión hace casi 20 años y realmente fue un ejercicio para enseñarme a editar en video. Lo dejé arrumbado, nunca lo tomé en serio. Fue apenas hace unos meses que se lo mostré al curador Jaime González. Lo desempolvé porque mi madre murió recientemente y lo compartí del mismo modo que se muestra un álbum familiar”, narra.

Quien ha vivido fuera del país desde hace dos décadas confiesa que “cuando digitalicé las imágenes no lo hice de una manera profesional, pues pude haberlas llevado a que me las escanearan bien y que limpiaran las películas.

Pero sólo las proyecté en la pared, no demasiado limpia, para verlas y las filmé como si fuera un pirata en el cine, medio chueco, ves polvo, rasguños, cabellos. Es un documento del acto de documentar”, explica.

Noé destaca que cuando vio que su video gustó para ser presentado en el MUAC sintió que necesitaba complementarlo e integrar una referencia de que su madre murió durante la pandemia.

Destaca que incluyó el concepto de la relación con su madre y “cómo ese linaje materno se muere conmigo, porque no tengo hijos; mi madre no tuvo hermanas que tuvieran hijas, mi abuela no tuvo hermanas, y la bisabuela y la tatarabuela sólo tuvieron una hija”.

Aclara que “toda mi obra es muy personal, porque hago lo que necesito hacer. Yo pienso haciendo obra, pues debo procesar mi dolor, mi pesar, mi culpa. Seguiré creando, porque no he terminado con esto y esto tampoco ha terminado conmigo. No lo he exorcizado, sigue abierto el tema”, concluye.

cva