Rolando de la Rosa lamenta atentado en Francia

CIUDAD DE MÉXICO, 14 de enero.- Rolando de la Rosa, escultor mexicano que en enero de 1988 causó controversia por una exposición en el Museo de Arte Moderno, donde se exhibían algunas de sus obras con imágenes de la Guadalupana con el rostro de Marilyn Monroe, un cuadro de La Última Cena donde el rostro de Cristo tenía la cara de Pedro Infante y el Niño Jesús con sombrero de charro, habló de la intolerancia de la que fue objeto en ese entonces y que, consideró, es similar a la que se vivió en París, con el ataque al semanario satírico Charlie Hebdo la semana pasada.

En entrevista para Excélsior TV, con Pascal Beltrán del Río, el artista expuso que existe una diferencia entre un acto de censura y el ataque directo como el que fue objeto por parte del grupo Provida hace 27 años.

“Según el teórico de arte Juan Acha, era más bien una muestra de poderío, porque en ese entonces la derecha no estaba tan posicionada. Era época de elecciones con el fraude que hubo de Salinas (Carlos) y, por primera vez en una elección presidencial, entraron sotanas a la toma de posesión. No fue censura, fue un ataque a la libertad de expresión”, dijo.

Explicó que la muestra de 1988 pretendía retratar a México en tres altares y denunciar el desprecio de las revistas que se editan en nuestro país y de los publicistas hacia lo mexicano, al mostrar en sus portadas y anuncios modelos que en general no corresponden a las características de la población nacional.

“La labor de un artista es observar el entorno social, reflexionar, llegar a conclusiones, plasmarlas y enseñarlas a la gente para que se ahorre todo ese tiempo de reflexión, porque está muy ocupada trabajando”.

Indicó que su trabajo se caracteriza por el manejo de símbolos y recientemente presentó otra obra en la cual mezcla la imagen de Emiliano Zapata con la diosa azteca Coatlicue, con la finalidad de crear un tercer símbolo cuyo lema no es “Tierra y libertad” ni “Vida y muerte”, sino “Vida digna en libertad”.

Consideró que en 27 años el país ha cambiado y que una exposición como aquélla quizás podría generar algunas protestas hoy, pero no al grado de cerrarla ni recibir amenazas de muerte, como ocurrió entonces.

Subrayó que siempre habrá gente que esté en desacuerdo con lo que un artista piensa o hace; sin embargo, lamentó que haya personas dispuestas a asesinar para defender sus ideas.

Agregó que estas acciones no son exclusivas de los musulmanes, pues a lo largo de la historia se han presentado manifestaciones de intolerancia y extremismo, incluso en nuestro propio país, durante la Colonia.