Mercado Sonora tiene prohibido vender animales vivos a partir del 1 de enero

Una orden judicial determinó que la práctica de vender animales vivos en el Mercado Sonora ubicado en la alcaldía Venustiano Carranza, Ciudad de México, queda prohibida a partir de mañana 1 de enero de 2026.

A pesar de esta orden y de que la mayoría de ese tipo de locales está cerrada este último día del año, todavía hay algunos pocos que se resisten y mantienen abiertos sus locales, sin embargo, a partir del jueves 1 de enero de 2026, esa parte del mercado va a ser cerrada en el área donde se comercializaban los animales vivos.

Locatarios se defienden

Los locatarios señalan que se trata de negocios familiares con décadas de operación y aseguran que solo responden a una demanda existente entre la población. No obstante, las autoridades investigaron y detectaron maltrato animal en los locales donde había hacinamiento, condiciones insalubres y maltrato generalizado a las especies.

Asimismo, la alcaldesa de Venustiano Carranza, Evelyn Parra, afirmó que los locatarios tendrán que cambiar de giro comercial y para ello la demarcación les ha brindado apoyo.

En caso de que no cumplan, se procederá a la clausura del local y perderán todos sus derechos sobre él, aunque no descartó que haya quienes busquen ampararse; hoy de los 80 locales dedicados a la venta de animales, varios venden alimentos o accesorios para animales de compañía.

Maltrato animal

Como se sabe, un tribunal administrativo de la Ciudad de México emitió una resolución con base en un amparo promovido por organizaciones defensoras de los animales, en la cual ordena que los locales dedicados a la venta de animales vivos cambien de giro comercial y que la venta de estos se acabe entrando 2026.

Desde 2023, la Ley de Protección y Bienestar de los Animales de la CDMX prohíbe la venta de animales vivos en mercados públicos o en lugares que no cumplan estrictas condiciones sanitarias y de bienestar animal. Se ha documentado que el Mercado Sonora no cumple con esos requisitos, lo cual sustenta la orden para terminar la venta de animales.

Muchos animales como conejos, cuyos, hámsteres y aves pasaban días o semanas dentro de jaulas tan pequeñas que apenas podían moverse. No caminaban, no estiraban las patas, solo estaban quietos, esperando que alguien los comprara.

El mercado es ruidoso, en algunas épocas bastante calientes y con poca ventilación. Para un animal, eso es vivir en estrés constante: gritos, música, golpes metálicos, gente tocándolos sin cuidado. No hay zonas tranquilas ni horarios de descanso. Es como vivir encerrado en una fiesta eterna.

En varios puestos se ha documentado que los animales no tienen agua limpia o simplemente no tienen agua. En el caso de aves y pequeños mamíferos, la deshidratación llega rápido. En peces, el agua de las bolsas se ensucia en horas y aun así los dejan ahí todo el día.

Es común ver animales con secreciones en ojos o nariz, diarrea, pelaje erizado o plumaje caído compartiendo espacio con otros aparentemente sanos. Eso facilita contagios y hace que muchos mueran antes de ser vendidos o pocos días después de llegar a una casa.

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