Pobres criterios de elección

La presión mediática alrededor de las figuras del futbol siempre ha existido y en tiempos modernos se incrementa con las redes sociales, es por eso que la afición exige el título o critica la eliminación del jugador, antes que detenerse a analizar el rendimiento de la selección que representa.

En la XXI Copa del Mundo han caído como efecto dominó las principales estrellas del balompié mundial, Lionel Messi, Cristiano Ronaldo y Neymar Jr., a quienes no se les perdona la eliminación e, incluso, no se les considera entre los mejores en la historia por no ganar el campeonato mundial, algo que antaño no era necesario para reconocerlos entre los mejores.

A fines del año 2000, la FIFA organizó con la prensa la elección de los cien grandes futbolistas del siglo XX y el orden de los diez primeros los encabezaba Edson Arantes do Nascimento Pelé, después Alfredo Di Stéfano, Diego Maradona, Franz Beckenbauer, Johannes Cruyff, George Best, Michel Platini, Manoel dos Santos Garrincha, Arthur Antunes Coimbra Zico y Gerd Müller.

De ellos, solamente cuatro alzaron el trofeo de campeón.

Tal vez Messi, Cristiano y Neymar nunca ganen la Copa del Mundo y ése será su pecado para las nuevas generaciones; sin embargo, entre los verdaderos conocedores que no emiten su voto a través de las redes sociales tienen un lugar seguro entre los grandes, pero dicha elección no tendrá eco, por lo que la lista de los mejores de finales del siglo pasado sufrirá pocos cambios al concluir cinco campeonatos en el siglo XXI.

Además de ese tridente, destaca la inclusión de Andrés Iniesta y Xavi Hernández, integrantes de unos de los extraordinarios conjuntos de la historia, España, campeón del mundo en 2010, cuyo aporte, sistema y contundencia se le reconoce como uno de los llamados “equipos maravilla” al lado de Austria, Hungría, Brasil, Alemania y Holanda.

El Mundial Rusia 2018 dejará una lección para los que buscan que un solo hombre haga campeona a una selección, algo que nunca sucedió, aunque se diga que Maradona lo hizo en 1986; sin embargo, aquel equipo era defensivo y cuyo sistema se adaptó perfectamente para el espacio, velocidad y definición, que, sin Valdano o Burruchaga, no se hubiera coronado en el Estadio Azteca.

El nuevo campeón demostrará que el futbol moderno es más de conjunto que de características individuales.

Así se coronó Chile en la Copa América o Portugal en la Eurocopa, y así veremos un segundo título francés o inglés o de plano la coronación de una cenicienta.