Ni se le ocurra renovar

Después de la tempestad, llega la calma. Como suele suceder en el futbol mexicano, después de tantos ataques a la Selección Nacional, el equipo obtiene un buen triunfo y los puntos de vista cambian radicalmente, todo es alegría y felicitaciones, hasta los más ...

Después de la tempestad, llega la calma. Como suele suceder en el futbol mexicano, después de tantos ataques a la Selección Nacional, el equipo obtiene un buen triunfo y los puntos de vista cambian radicalmente, todo es alegría y felicitaciones, hasta los más acérrimos críticos del director técnico se suben al barco de la victoria quedando a flote un análisis pobre, sin argumentos.

Hace una semana destacamos que el Tricolor de 2018 es el mejor de todos los tiempos por el número de jugadores repatriados, experiencia mundialista y la cantidad de partidos internacionales acumulados entre toda la plantilla.

Anteriormente hablamos de los beneficios de una nueva metodología de trabajo que pocos tratan de entender, al final, las goleadas y eliminaciones en torneos oficiales sirvieron también de experiencia para plantarse en un escenario mundialista, competirle al campeón del mundo, contenerlo, hacerle daño, mantener la ventaja y obtener uno de los triunfos más sonados de la selección.

No es sorpresivo, ya que, desde el Mundial de 1998, el conjunto verde se puso en ventaja contra equipos poderosos como la misma Mannschaft; Italia, en 2002; Argentina, en 2006; Francia, en 2010, y Holanda, en 2014.

La historia se sabe de memoria, una victoria, un empate y tres eliminaciones, pero la ley de las probabilidades indicaba que ahí merodeaba una, en cualquier otro momento iba a vencer a un poderoso y lo hizo, entonces Juan Carlos Osorio pasó del más odiado al más querido. Incomprendido por la mayoría que no entiende de metodologías de trabajo que buscan un objetivo, en el proceso hay observaciones para llegar a conclusiones y ponerlas en práctica en el momento adecuado, uno de ellos, los despejes largos del portero Guillermo Ochoa, no salir jugando para evitar la pérdida de la pelota, sacrificando hombres en la marca y salir al contragolpe, algo que todavía no tiene niveles de excelencia.

Conforme a sus principios, Osorio va a realizar cambios para el segundo juego contra la República de Corea, no hacerlo iría en contra de sus métodos.

Es necesario para evitar lo de siempre, después de una buena actuación, llega la mala, cambiando parte del plantel podría pasar lo contrario, algo que no se sabe porque nadie lo ha hecho.

Piden a gritos que el entrenador colombiano se mantenga en el puesto, es precipitado y nada recomendable, faltan dos partidos y mientras el Tricolor toma una curva ascendente, lo volverán a reventar, así que mejor, después de lo que pase en Rusia, despídase por la puerta delantera, si no, lo echarán por la trasera, se lo recomiendo.

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