Imborrable
Una extraordinaria campaña de Grandes Ligas llegó a su fin el lunes. Luego de poco más de seis meses de actividad, la postemporada comenzó ayer con la ronda de Comodines, y con únicamente 12 de las 30 franquicias todavía en la pelea por el título de la Serie Mundial, ...
Una extraordinaria campaña de Grandes Ligas llegó a su fin el lunes. Luego de poco más de seis meses de actividad, la postemporada comenzó ayer con la ronda de Comodines, y con únicamente 12 de las 30 franquicias todavía en la pelea por el título de la Serie Mundial, que iniciará a finales de octubre. En la columna de la semana pasada escribí acerca de el gran Shohei Ohtani, que afianzó su lugar como el mejor pelotero de la actualidad, por ello no escribiré mucho más al respecto. Dedicaré la columna a otras figuras de las Grandes Ligas que dejaron su nombre escrito en letras doradas. Iniciando con el seguro ganador del MVP de la Liga Americana: Aaron Judge. El capitán de los Yankees nos volvió a maravillar con su trabajo en la caja de bateo, en la que de forma rutinaria despedazó los lanzamientos de los pitchers rivales. El Juez no tuvo piedad con la oposición y, tras un arranque incierto de temporada, a partir de mayo estuvo imparable, razón por la que se quedó a un cuadrangular de su segunda campaña de al menos 60 home runs. A pesar de quedarse corto de su propia marca de palos de vuelta entera en el joven circuito, 2024 significó su mejor año como profesional.
Otro pelotero de la Liga Americana que brilló con luz propia fue José Ramírez. El estelar jugador de Cleveland se quedó a nada de convertirse en apenas el segundo en la historia en tener una temporada de al menos 40 cuadrangulares, 40 bases robadas y 40 dobles (el único es Alfonso Soriano, que lo hizo en 2006). En casi cualquier otro año con esos números, el tercera base de los Guardianes habría sido el JMV.
En cuanto al pitcheo, por primera ocasión desde 2012 tuvimos a dos ganadores de la triple corona: Chris Sale en la Nacional, y Tarik Skubal en la Americana. Ambos fueron dominantes, y salvo que algo muy extraño ocurra, ganarán el Cy Young en sus respectivas ligas. Lo de Sale llama la atención, ya que parecía que su carrera iba de bajada, luego de sufrir mucho con las lesiones; pero desde el inicio de 2024 fue casi imposible hacerle daño con el bat. Mientras que Skubal tuvo la mejor campaña de su joven carrera, mejorando cada año desde su debut en 2020, en este año alcanzó todo su potencial.
Por último, no podía dejar pasar el adiós del gran Pete Rose, que falleció el lunes, dejando un enorme legado, y obviamente la polémica de haber sido expulsado de por vida del deporte que amaba, por el escándalo de las apuestas. Entiendo que lo que hizo estuvo mal, y una cosa es que nunca más hubiera podido trabajar en las Grandes Ligas, y otra que lo que hizo mientras fue jugador no se puede borrar; Rose siempre será una leyenda del deporte, y uno de los mejores peloteros de la historia. Mi opinión no es popular entre quienes insisten que sus actos mancharon la integridad del juego, pero yo no concibo un Salón de la Fama sin alguien que siempre jugó para ganar, y que tiene el récord de más imparables de todos los tiempos. A Rose le corresponde estar entre todos los inmortales que tienen su nombre en Cooperstown.
