¿El inicio de una dinastía?
La larga temporada de Grandes Ligas llegó a su fin el pasado miércoles. Un dramático juego seis de la Serie Mundial sirvió como el perfecto colofón a un espectacular 2024 en el mejor beisbol del planeta. En ese increíble partido, los Dodgers culminaron una campaña en ...
La larga temporada de Grandes Ligas llegó a su fin el pasado miércoles. Un dramático juego seis de la
Serie Mundial sirvió como el perfecto colofón a un espectacular 2024 en el mejor beisbol del planeta. En ese increíble partido, los Dodgers culminaron una campaña en la que fueron el mejor equipo en la fase regular, algo que ratificaron en los playoffs.
Los millones de dólares invertidos rindieron sus frutos, para que el anhelado octavo trofeo en el Clásico de Otoño ya esté en sus vitrinas, tras derrotar a los Yankees de Nueva York, su añejo rival desde los años en que la franquicia jugaba en la Gran Manzana, la que abandonaron a finales de los 50 para llegar a las costas californianas, en las que ha vivido los mejores años de su larga historia. El cuarto triunfo en Series Mundiales contra los Bombarderos del Bronx ha sido el resultado de varios años en que la gerencia fue armando el mejor roster del beisbol, ya fuera vía cambios o por agencia libre o recurriendo a sus sucursales, los Dodgers lograron reunir una enorme colección de talentosos peloteros que este año se amalgamaron de forma perfecta bajo la conducción del muy criticado manager Dave Roberts.
No hay nada que se pueda cuestionar de una novena que supo reponerse a una enorme cantidad de lesiones, principalmente a su rotación abridora, pero que también vio a varios jugadores perderse una buena cantidad de partidos. Con esas adversidades enfrente, Roberts supo ir acomodando a sus lanzadores para que las cosas fueran tomando su curso hasta ganar el Oeste de la Liga Nacional por decimoprimera ocasión en 12 años, en camino a obtener el mejor récord de la liga. En total, tras perder el tercer juego contra los Padres, ganaron diez de los siguientes 13 compromisos en camino a su coronación.
Obviamente, un equipo repleto de grandes peloteros (incluyendo al seguro MVP de la Liga Nacional, Shohei Ohtani, y otros dos superestrellas en Mookie Betts y Freddie Freeman), a los que acompañaron un grupo de extraordinarios jugadores, dándole a su manager muchas opciones para enfrentar a los rivales, estaba destinado a cosas importantes, pero últimamente en Grandes Ligas hemos visto a grandes rosters quedarse cortos de las expectativas. Una clave que se notó a leguas fue el hecho de que todos, sin importar su estatus en el club house, estaban dispuestos a hacer lo que se les pidiera para alcanzar la meta trazada en los entrenamientos de primavera.
Ahora, con este título, la gran pregunta es si éste será el inicio de una nueva dinastía en el beisbol, una que no se ve desde que los Yankees ganaron cuatro Series Mundiales en cinco años entre finales de los 90 y principios de siglo. Con el talento a su disposición, la edad de la mayoría de los jugadores y una gerencia dispuesta a gastar para complementar lo que ya tienen, las opciones de que eso ocurra son grandes. Aunque la respuesta solamente el tiempo nos la dará.
