Mejoró la sincronía
Después de tres jornadas en donde no había entendimiento entre árbitros y el VAR, el pasado fin de semana hubo una mejora en cierta proporción, lo cual pareciera que ilusiona al medio futbolístico que se podía tener en poco tiempo óptima funcionalidad, pues en varios ...
Después de tres jornadas en donde no había entendimiento entre árbitros y el VAR, el pasado fin de semana hubo una mejora en cierta proporción, lo cual pareciera que ilusiona al medio futbolístico que se podía tener en poco tiempo óptima funcionalidad, pues en varios partidos sin recurrir al monitor, pero siguiéndose el protocolo del susodicho VAR, fue acertado el auxilio, confirmando las acertadas decisiones de los silbantes, las cuales mostraron buena interpretación y aplicación de reglas, resaltando los penales en Monterrey-Lobos, Necaxa-Chivas y Pachuca-Monarcas, pues con sólo llevarse las manos a los oídos, le confirmaban los atinados señalamientos de los silbantes.
Sin embargo, no todo fue satisfactorio, pues en Veracruz-Tigres, al anularse correctamente el gol conseguido por Luis Rodríguez (El Chaca) al minuto 73, tanto el asistente como los del VAR no terminaron de asesorar adecuadamente al juez central, ya que si la consideraron “deliberada” la mano, debieron mostrarle la segunda amarilla, pues estaba amonestado al minuto 25.
En otro partido, Toluca-Cruz Azul, el multicitado VAR no colabora con Francisco Chacón, ya que al minuto 76, Maidana hace una barrida sobre el juvenil Domínguez por detrás, poniéndole una plancha en los gemelos, por lo que se debe considerar como error claro y manifiesto de Chacón Gutiérrez, y, además, está dentro de las cinco causales, pues al ver el contacto, le faltó agudeza visual al central y hubiera sido magnífico que le sugirieran revisar en el monitor el juego brusco grave o conducta violenta que le hizo gala el defensor toluqueño.
En otro partido en el que no se suscitaron errores claros y manifiestos del silbante Alejandro Funk, Santos-Tijuana, sin embargo, considero que pudieron intervenir asistentes y VAR, ya que el referido silbante no estaba concentrado en el juego, pues jamás se percató del número de faltas sobre Nahuelpán, distinguiéndose Hugo Rodríguez al pegarle en seis ocasiones. Se pudiera argumentar que esta situación no está contemplada en el protocolo del susodicho videoarbitraje, pero si usan la intercomunicación para llevar pláticas intrascendentes entre el cuerpo arbitral, llegando a convertirse eso en un chismaraje de lavadero, en esa intercomunicación bien pudieron sugerirle a que condujera el partido poniendo en práctica las reglas.
Por otro lado, es de aplaudirse la actitud mostrada por Eduardo Galván, árbitro del Monterrey-Lobos, cuando el niño embajador de la Liga MX se emociona al tratar de pronunciar el protocolo, Galván Basulto le ayuda a salir avante, por lo que desde aquí le mandamos una felicitación por su proceder.
