MLB verifica artículos; poncha a piratas

CIUDAD DE MÉXICO.

La pelota que Aaron Judge mandó a las gradas del jardín izquierdo en el Yankee Sta­dium el martes 20 de sep­tiembre, y que se convirtió en su jonrón 60 de la temporada, fue distinta a las otras 59 pelotas que sacó de cuadrangular este año.

Fue una pelota especial, prepa­rada solo para él, al igual que la del 61, que pegó el miércoles, y el resto que intentará conectar.

Estarán marcadas con algo tan secreto y sutil que MLB se niega a revelar exactamente qué es.

Todo es parte del programa de autenticación, un elaborado sistema diseñado para garantizar que los recuerdos y la memorabilia sean verificados como originales.

A partir del jonrón 59 de Judge, todas las pelotas que le lanzarán mientras busca superar el récord de 61 jonrones en una temporada de los Yankees y la Liga Americana, contendrán dos marcas especiales.

Una es una plantilla codificada visible al ojo humano. La otra es una marca encubierta que requiere una tecnología especial para que se pueda ver. La pelota del jonrón 60 que fue recuperada por un afi­cionado y entregada a Judge fue examinada y verificada.

Tenía las marcas correctas”, afirmó Dean Pecorale, el autenti­ficador de MLB que le dio su sello de aprobación a la pelota y a otros artículos de Judge

Lo mismo ocurre con Albert Pu­jols, el toletero de Cardenales de San Luis, quien llegó a la marca de los 700 jonrones, los ejecutivos de la MLB adjuntaron la misma mar­ca encubierta a cada pelota para garantizar que ningún personaje pueda afirmar falsamente que tie­ne en su poder alguna del récord.

Eso nos permite verificar algu­nos de los momentos más importan­tes en la historia del beisbol”, afirmó Michael Posner, director sénior del departamento de autentificación y comercio electrónico del MLB. “¿Con qué frecuencia un jugador conecta 700 jonrones o establece el récord de jonrones de la Liga Americana, superando a grandio­sas figuras como Ruth y Maris?”.

El programa básico, en el que exagentes de las fuerzas del orden observan los elementos usados en un juego y les adhieren una calco­manía holográfica codificada, no es sólo para eventos en los que se establecen récords. Está en funcio­namiento en todos los partidos de Grandes Ligas durante dos décadas.

MLB ha asignado un autenti­ficador adicional para que siga a Judge. Pecorale, un policía retirado de Nueva York, cuya primera au­tentificación en el Yankee Stadium fue en 2011 cuando Derek Jeter conectó su sencillo número 3000.

Aaron Judge le regaló a su mamá la pelota del jonrón 61.

Hubo un tiempo en el que los jugadores no entendían el pro­grama”, afirmó Pecorale. “Pero la mayoría lo entiende ahora. Aaron lo entiende, nos busca”, agregó.

El equipo de autentificación se estableció luego de que una red de recuerdos falsos fuera descubierta con la ayuda de Tony Gwynn, un jardinero miembro del Salón de la Fama de los Padres de San Die­go. Gwynn, que podía detectar un autógrafo falso tan rápido como cuando bateaba un slider” notó a finales de la década de 1990 que algunos artículos supuestamente firmados por él eran falsificaciones.

Eso condujo a una investigación del FBI llamada Operación Bull­pen, la cual determinó que cerca de tres cuartas partes de los autó­grafos en el mercado eran falsos. La investigación resultó en docenas de condenas y llevó a MLB a crear su unidad de autentificación para que equipos y jugadores pudieran verificar su memorabilia.

El sistema depende de cerca de 230 agentes retirados de las fuerzas del orden, calcomanías holográficas y una cadena de custodia.

Cuando lo que está en juego no es tan grande como la marca de jonrones de Judge, una pelota fuera de juego y autentificada en la tercera entrada de un partido nor­mal puede comprarse en la tien­da del equipo para cuando llegan a la séptima entrada. Utilizando la información codificada en el holograma, un aficionado puede identificar al lanzador, el batea­dor, los tipos de lanzamientos y la velocidad de cada uno.

Esa es la rutina diaria. Pero cuan­do jugadores como Judge están cerca de alcanzar un hito, se les aplican las marcas secretas a dos docenas de pelotas para uso ex­clusivo de esos jugadores.

Marcamos las pelotas antes del juego con una combinación de letras o números y una marca encubierta que no se puede ver a simple vista y que no funciona bajo una luz negra”, afirmó Posner. “Es algo muy específico y no es fácil tener la tecnología para verla”.

Las pelotas codificadas se le en­tregan a los recogepelotas, quienes le dan tres a la vez al ampayer en el home. El ampayer se las lanza al pitcher en secuencia y son recogidas una vez que Judge haya terminado sus turnos (eso continuará por el resto de la temporada, indepen­dientemente de si supera la marca).

Después del jonrón número 60 de Judge, un guardia de seguridad se encontró con el aficionado que atrapó la pelota y lo llevó a cono­cer al pelotero. La pelota le fue en­tregada a Judge, quien a su vez se la pasó a Pecorale. Se verificaron las marcas secretas, demostrando así que la pelota era auténtica (el aficionado recibió cuatro pelotas autografiadas y un bate firmado).

Ya en ese punto, el trabajo de los autentificadores está hecho. No les importa si el jugador se queda con el artículo, si lo vende en una subasta o si lo envía al Salón de la Fama.

Somos agnósticos con todas esas cosas”, afirmó Posner. “Lo im­portante es registrar la historia en el momento. Nadie puede afirmar falsamente que tiene los guantes de bateo de ese jonrón 62. Podrá decirlo, pero si no puede mostrar el holograma con la numeración correcta, sabremos que no está diciendo la verdad”.

Pelotas autentificadas

1 Prefijo de holograma único de dos letras.
2 Número de serie para cada artículo, que permite a los coleccionistas comparar el producto.
3 Código de validación que contiene tres letras aleatorias.
4 Código de QR que contiene prefijo de holograma y número de serie único.
5 El logotipo del bateador con silueta, oficial de MLB, indica que el artículo es parte del programa de autentificación de Grandes Ligas.

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