Los Tours de Alberto; rememora sus dos títulos en Francia

El español recuerda el cetro de 2007 como el punto de inflexión en su carrera y el de 2009 porque fue cuando se sublevó y dobló a Armstrong

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CIUDAD DE MÉXICO.

A los 24 años, Alberto Contador firmó un contrato por dos campañas con el equipo de Discovery Channel; era 2007 y el máximo equipo kazajo buscaba un líder que pudiera llenar el vacío que había dejado Lance Armstrong, quien dos ciclos antes había dicho adiós al profesionalismo luego de llegar a Champs Élysées vestido de amarillo por séptimo Tour de France consecutivo.

Johan Bruyneel, director del equipo, no se había equivocado cuando vio en Contador al corredor ideal. Los frutos para el Discovery Channel llegaron rápidamente en el primer Tour del español con ellos.

De todas las vueltas y todos los años cada uno tiene lo suyo, pero sin duda el Tour de France de 2007 es el más especial porque es el que me cambió la vida”, expresó Contador, en entrevista con Excélsior; un año más tarde, el español emigró al equipo Astana y entraría a los libros de historia al convertirse en el quinto ciclista en la historia en conseguir la Triple Corona.  “2008 fue tremendo, correr en mi país, en la Vuelta. Era un joven que había ganado el Giro y el Tour de Francia y, a los 25 años, me faltaba la Vuelta para conseguir la triple corona”, rememoró.

Después de dos años de gloria para Contador, se atravesó una piedra en su camino. En septiembre de 2008 se anunció que Lance Armstrong regresaba a la alta competencia y el equipo en el que correría sería precisamente Astana, en el que Alberto ya estaba consolidado como capitán y líder.

La manera en que me enteré no fue buena porque fue por los medios de comunicación. Al final los dos queríamos ganar el Tour y sólo uno podía hacerlo”, relató. “Él (Armstrong) también tenía el objetivo de ganar y claro que entró un choque de intereses”.

Bruyneel, el mismo que le había dado el voto de confianza al contratarlo, lo relegó. “Dividió al equipo y me sentí solo, traicionado, el apoyo del resto del equipo, del cuerpo técnico, no era el mismo cuando él (Armstrong) estaba.”

A pesar de que Bruyneel le dejó claro que debía abrir paso al texano y cesar los ataques, Contador rodó y pedaleó solo, contra su director de equipo, contra todo pronóstico, contra la ambición de Lance, quien luego sería sancionado de por vida por su estratagema para el dopaje.

El Pistolero hizo de aquella adversidad una aliada y cruzó el Arco del Triunfo en 2009 vestido de amarillo. “Los triunfos siempre los saboreas entre más complicados son. La dificultad puede ser algo mecánico, una enfermedad, o que tienes a otro corredor en tu equipo que tiene el mismo objetivo. Cuando los triunfos son complicados los saboreas más”. Desde entonces no se ha vuelto a vivir en el ciclismo una rivalidad así, entre un veterano caprichoso y un joven desobediente.

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“Tiene una cabeza privilegiada”

Cuando un ciclista cruza la meta de un gran Tour, es fácil sumar el kilometraje recorrido durante los días de competencia, pero lo que suele pasar desapercibido es el trayecto que lo lleva a la cúspide de su carrera; las caídas que sufren sobre la bicicleta, habitualmente, son tantas como las que le ocurren a lo largo de la vida.

Alberto Contador es uno de esos ciclistas que, en la vida como en la bicicleta, esquivó piedras en el camino y pedaleó con dolor por las más empinadas pendientes antes de alcanzar la cima.

Todo empezó en Pinto, un pequeño municipio en España de poco más de 50 mil habitantes. El pequeño Alberto, imitando a su hermano mayor, comenzó a andar en bicicleta.

Cuando empezó con el ciclismo en Pinto no era raro verle salir corriendo del Instituto para coger la bici, y antes de que llegaran algunos de sus compañeros él estaba ya con la bici. Y todos nos preguntábamos: ‘¿A ver dónde llega esto?’”, relató Mario Sánchez, amigo de Contador desde la infancia.

Aquel hobby se convirtió en su pasión y desde muy joven destacó. A los 21 años debutó como profesional con el equipo ONCE-Eroski. Progresaba rápidamente, intentando seguir los pasos de uno de los máximos referentes del ciclismo en el mundo, su compatriota Miguel Induráin, cinco veces ganador del Tour de Francia.

Los que lo conocemos sabemos que Alberto tiene una cabeza privilegiada y cuando se marca un objetivo va por ello. Desde entonces se veía que le gustaba la bicicleta y rápidamente salió y destacó, creyó en que podía hacer cosas grandes y las hizo. Él tiene un lema que adoptamos todos: querer es poder”, sostuvo Sánchez.

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Alberto Contador, una gloria del ciclismo español.  Foto: AP