El sonido del bat fue seco, definitivo. Era el último día de la temporada aquel 1 de octubre de 1961. El jonrón 61 voló más allá del jardín derecho y más allá del tiempo. Roger Maris no encontró alivio inmediato. Sólo silencio. El récord había caído, pero la soledad permanecía. Maris no sólo competía contra lanzadores rivales, sino contra el legado de Babe Ruth y el récord más sagrado del beisbol: 60 jonrones en una temporada. El jardinero de los Yankees no sonreía, no celebraba sus cuadrangulares...parecía un condenado a la hoguera.
Roger Maris no buscó ser una leyenda. Era un hombre reservado, que lucía incómodo ante los reflectores. Los Yankees apostaron por él, luego de mostrar su talento con Cleveland y Atléticos. A los 25 años llegó al equipo neoyorquino.
Roger Eugene Maras era el nombre de origen del pelotero, sus padres eran de ascendencia croata y decidieron cambiar oficialmente el apellido por el de Maris justo cuando el futuro jonronero tenía 20 años y brillaba en las ligas menores.
El toletero conectó su primer jonrón de la temporada de 1961 hasta el juego 11 y nadie imaginaba que iniciaba el camino a la gloria. Maris entró al tema de conversación sobre la posibilidad de superar los 60 jonrones, luego de pegar 24 jonrones en 38 juegos entre los meses de mayo junio. Ruth también había conectado 24 cuadrangulares, pero en 41 encuentros, durante la increíble temporada de 1927.
El récord de Ruth parecía estar al alcance conforme avanzaba la temporada. Entonces, Maris enfrentó un entorno adverso, los medios neoyorquinos inventaban una rivalidad con el consentido Mickey Mantle, una historia lejos de la realidad ya que eran excelentes amigos.
El comisionado de las Grandes Ligas, Ford Frick, quien había sido amigo de Babe Ruth, se adelantó. Aquella temporada de 1961 era la primera con 162 juegos por lo que advirtió que sería una marca diferente si Maris no lograba superar los 60 vuelacercas en 154 juegos, que fueron los que se disputaron en la temporada de 1927.
Maris sufría con toda la expectación. Su salud se veía afectada por el estrés y los rubios mechones que resaltaban del corte a la brush, caían sin reparo. El suspenso llegó hasta el último día de la temporada. Maris prendió un lanzamiento del pitcher de Medias Rojas, Tracy Stallard. Era el jonrón 61, los aficionados en el Yankee Stadium respiraron hondo durante el viaje de la pelota y sólo hubo aplausos tímidos.
Roger Maris murió, víctima de cáncer, a los 51 años el 14 de diciembre de 1985. La oficina de Grandes Ligas oficializó el récord de 61 jonrones hasta 1991, pero el jonronero ya no escuchó la ovación. Se fue como vivió: sin exigir nada.
