Frescos en el desierto; protagonistas y aficionados

El primer mundial en Oriente medio contará con una temperatura ideal gracias a un invento de un ingeniero de la Universidad de Qatar

Fotografía: Twitter @qatar2022

 

La primera Copa del Mundo de la FIFA en Oriente Medio se realizará en Qatar en 2022, un lugar que levantó polémica por su designación, pero que sin importar los casos de corrupción para obtener una votación a su favor cuando fue designada como sede, dentro de un año se verán los balones rodar en el megaevento histórico. 

Para celebrar esta Copa del Mundo, el país árabe ha invertido aproximadamente 300 mil millones de dólares, cifra dada a conocer por Bloomberg, y que se ha gastado en la edificación de una nueva ciudad, estadios e infraestructura como Metro y trenes, todo para recibir a los 1.5 millones de visitantes que se esperan durante la mayor cita de selecciones de futbol.

De ese presupuesto se estima que aproximadamente ocho mil millones de dólares han servido para la infraestructura relacionada directamente al torneo como los estadios que albergarán los partidos del último Mundial de 32 equipos, estructuras que tendrán tecnologías nunca antes vistas para responder a una preocupación de todos los equipos: el impacto del sol y el calor en los jugadores.

La Copa del Mundo de 2022 será la primera en la historia que se dispute en noviembre-diciembre. Esto obedece a que son los momentos en que las temperaturas resultan más agradables, con un rango entre los 18 a 24 grados centígrados, pero con una sensación térmica mayor. Esta necesidad obligó al comité organizador a buscar una solución que se adaptara a los diversos escenarios de la próxima justa del balompié mundial.

 

ESTADIOS INNOVADORES

Cuando Qatar fue designado como sede del Mundial, se sabía de antemano que el gasto no sería un problema, por lo que la cifra de los 10 mil 600 millones de dólares invertidos por Rusia 2018 sería sobrepasada ante la necesidad de crear la infraestructura para un evento de esta magnitud, pero también obedeciendo a que en ese país la historia del futbol es reciente, lo que conllevaba un número limitado de estadios con capacidad reducida.

La Liga de Qatar sólo contaba con tres escenarios en su temporada 2018-2019, una cifra que se triplicó para la temporada 2020-2021, en la que algunos inmuebles mundialistas comenzaron a hacerse presentes, uniéndose a instalaciones ya presentes que no tenían ni siquiera 25 años de inauguradas, pero que no estaban construidas en su totalidad para albergar al deporte más popular del mundo, sino para convivir con otros eventos.

Pero, a diferencia de otros países que han sido sedes, aquí había un factor especial a tener en cuenta: las altas temperaturas que se podrían alcanzar en el nivel del terreno de juego, no sólo durante el Mundial, sino también cuando ya alberguen a equipos de la liga local en los meses de primavera y verano con hasta 45 grados centígrados.

La solución llegó de mano de una mente local, el profesor de ingeniería mecánica de la Universidad de Qatar, el Dr. Saud Abdulaziz Abdul Ghani, quien desarrolló un sistema de refrigeración utilizado en siete de las ocho sedes mundialistas para mantener a los jugadores frescos a la hora del partido, un avance que no ha sido patentado para permitir su reproducción en otros escenarios.

Su funcionamiento es complejo, pero se explica en algunos pasos. Primero, el aire exterior se enfría mediante ventiladores de aire acondicionado que funcionan con energía solar,  proveniente de una granja de paneles solares situada a las afueras de Doha.

El aire refrigerado entra al campo de juego a través de grandes boquillas ubicadas al nivel de los jugadores para después, gracias a una técnica de circulación de aire, devolver el aire refrigerado para ser enfriado y filtrado de nuevo antes de volver al estadio.

Podría decirse que su concepto es similar al reciclado del aire acondicionado de los coches, pero con mayor tecnología para cubrir todo el campo de juego y ofrecer la misma sensación sin importar el lugar dónde se ubique la acción.

Pero ésta no ha sido la única forma para combatir las altas temperaturas, porque no todo depende del calor en el terreno de juego, la física también dicta que la presencia de miles de personas y el diseño de los estadios pueden influir para la denominada sensación térmica.

Para entender el comportamiento del viento sobre las instalaciones deportivas, Qatar usó un túnel de viento (generalmente utilizado en la industria automotriz y área para comprender el impacto de una corriente de aire sobre el comportamiento de un vehículo), equipado con láser e impresiones a 1:300 de los estadios mundialistas para obtener datos que ayudaran a una mejor refrigeración de cada escenario, dependiendo sus cualidades arquitectónicas.

Mantener el aire frío dentro del inmueble obliga a que una cantidad limitada de aire ingrese del exterior. Es ahí cuando el túnel de viento adquirió relevancia para simular condiciones climáticas que se podrían presentar. Con láser se midieron los efectos en las gradas a escala.

Aunque las personas al ver fotografías de los estadios de Qatar 2022 resaltan su modernidad y el diseño ligado a la cultura local, muchos dejan de lado las curvaturas, los espacios estrechos en el techo e incluso algunos realces en forma de barrera que no sólo cumplen una función estética, sino de ayuda a mantener la temperatura ideal del sistema de refrigeración creado por Saud Abdulaziz Abdul Ghani, invenciones que ya se utilizan para el diseño de nuevos estadios y que serán parte del legado de Qatar 2022 para el mundo deportivo.

 

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