Antigripales: ¿Cuándo tomarlos y en qué casos evitarlos? Esto dice la ciencia
Los antigripales solo sirven para mitigar síntomas leves. Siempre es necesario contar con el diagnóstico de un profesional de la salud antes de tomar cualquier medicamento

Durante la temporada invernal, es frecuente padecer enfermedades como la influenza o el COVID-19. Para mitigar el malestar, muchas personas recurren a diversos remedios, como los antigripales, debido a que son medicamentos de fácil acceso en las farmacias.
Sin embargo, abastecer el botiquín sin comprender qué componentes ingieres es un error recurrente que puede complicar tu estado de salud. Siempre resulta indispensable consultar a un médico que pueda explicarte cuál es la medicina más adecuada para tu padecimiento específico.
Distinguir entre silenciar una molestia y curar la patología es el primer paso hacia una recuperación exitosa. De este modo, evitas invertir en tratamientos que no atacan la raíz del problema viral, el cual podría desencadenar complicaciones graves si no se atiende correctamente.

¿Qué es un antigripal y para qué sirve?
A menudo se cree erróneamente que una píldora de venta libre aniquilará al virus responsable de la gripe o la influenza. En realidad, los antigripales son combinaciones químicas que asocian diversos componentes para disfrazar el malestar que percibes.
Su función no es curativa, sino paliativa; sirven para mitigar el sufrimiento mientras el organismo lucha contra la infección. Estos fármacos actúan sobre la fiebre, la congestión y la tos mediante analgésicos y vitaminas, según el Ministerio de Salud de Argentina.
Te compartimos las claves para conocer qué son los antigripales y sus diferencias con otros fármacos, de acuerdo con los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades (CDC):
- Composición: Suelen mezclar un antitusivo, un descongestivo nasal, Vitamina C, un analgésico y un antipirético (como paracetamol o aspirina) para reducir el dolor y la fiebre.
- Diferencia con antivirales: Los antivirales son fármacos bajo receta que frenan la replicación del virus y acortan la duración real de la enfermedad.
- El error del antibiótico: Los antibióticos matan bacterias, no virus; usarlos para una gripe es inútil, daña tu flora intestinal y genera bacterias resistentes.
Es importante entender que aunque el antigripal te haga sentir "como nuevo", sigues enfermo y contagiando. El alivio sintomático no debe confundirse con el fin de la infección ni reemplazar el reposo.

¿Cuándo es seguro usar un antigripal y cuándo debes evitarlo?
Lo primero que debes hacer es acudir con un profesional de la salud. Ingerir estos fármacos puede parecer sencillo por su venta libre; no obstante, conllevan riesgos ocultos. Automedicarse sin leer las advertencias conlleva consecuencias serias para tu organismo y bienestar.
El uso de antigripales es seguro únicamente para adultos sanos con síntomas leves. Utilízalos solo por periodos breves, de máximo cinco días, para mitigar las molestias mientras el virus cumple su ciclo biológico natural.
Te presentamos las situaciones en las que es preferible evitar los antigripales, según los CDC y la publicación The Medical Letter:
- ¿Cuándo evitarlo?: No los emplees si presentas síntomas graves, como fiebre persistente durante varios días, o si ya consumes otros fármacos recientemente.
- Interacciones peligrosas: No mezcles medicamentos sin supervisión; combinar ciertos antivirales con antigripales comunes potencia efectos adversos como náuseas intensas.
- Señales de alerta: Si la fiebre persiste más de una semana o experimentas dificultad respiratoria, suspende la automedicación; enmascarar los síntomas retrasa la atención médica vital.

¿Quiénes pueden usar un antigripal y quiénes deben evitarlos?
No todos los organismos procesan las sustancias químicas de la misma manera. Lo que alivia a un adulto joven puede resultar peligroso para grupos vulnerables como los adultos mayores; lee siempre las contraindicaciones antes de recurrir al botiquín.
Los pacientes con condiciones preexistentes deben evitar los medicamentos genéricos, pues este tipo de medicamentos suelen elevar la presión arterial. Este grupo requiere un tratamiento antiviral específico bajo estricta supervisión médica.
- Quiénes sí pueden: Las personas adultas sin afecciones previas, puede recurrir a ellos para el alivio sintomático, siempre manteniendo una hidratación constante.
- Quiénes no pueden: Personas con asma, diabetes o cardiopatías; en ellas, la gripe se complica con rapidez y requieren antivirales recetados en lugar de remedios simples.
- Embarazo y lactancia: Debido al alto riesgo de complicaciones, no debes automedicarte; acude al médico para determinar cuál es la opción más segura para ti y tu bebé.
En el caso de los niños, el cuidado debe ser extremo; nunca improvises con dosis para adultos. Su metabolismo es distinto y necesitan formulaciones pediátricas recetadas para evitar daños graves a su salud.

¿Qué hacer ante la influenza u otra enfermedad viral?
Si la temperatura aumenta y aparece el dolor muscular, la influenza ha llegado. Saber actuar en las primeras horas marca la diferencia entre una semana de recuperación en cama o una complicación seria, como la neumonía.
La rapidez es tu mejor aliada; combatir al virus en etapas iniciales con los fármacos adecuados reduce la gravedad de los síntomas y el tiempo de contagio. Estas son las recomendaciones de los CDC:
- Acción inmediata: Si perteneces a un grupo de riesgo, inicia el tratamiento antiviral recetado idealmente dentro de las primeras 48 horas tras la aparición de los síntomas.
- Aislamiento responsable: Quédate en casa para limitar los contagios y retoma tus actividades solo cuando lleves 24 horas sin fiebre y sin haber utilizado antipiréticos.
- Lo que debes evitar: No solicites antibióticos ni utilices las sobras de tratamientos previos; no te curarán y los efectos secundarios, como la diarrea, podrían agravar tu estado.
Vencer la gripe requiere un diagnóstico profesional antes que medicinas al azar. Entender que el alivio no equivale a la cura permite actuar con rapidez, proteger a los más vulnerables y recuperar la salud sin riesgos innecesarios.

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