Altos niveles de insulina podrían afectar el cerebro y provocar coma, revelan expertos

Un nivel de glucosa menor a 50 mg/dL puede causar coma hipoglucémico y dejar secuelas neurológicas si no se atiende a tiempo.

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Altos niveles de insulina podrían afectar el cerebro. Foto: Canva.

La insulina es esencial para la vida de los pacientes con diabetes tipo 1, pues sin ella el organismo no puede regular la glucosa en sangre. Sin embargo, un alto nivel en su administración puede resultar perjudicial, indican especialistas mexicanos.

En algunos casos, puede provocar episodios de hipoglucemia, ya que una dosis elevada —especialmente si han pasado varias horas sin ingerir alimentos— puede reducir los niveles de glucosa en sangre de forma excesiva.

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Altos niveles de insulina podrían afectar el cerebro. Foto: Canva.

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Lo que revelan las investigaciones universitarias

Un ejemplo de la relevancia de este fenómeno es el trabajo de Lourdes Massieu Trigo y su equipo en el Instituto de Fisiología Celular (IFC) de la UNAM, quienes publicaron el artículo “Mecanismos de muerte neuronal asociados a la hipoglucemia”.

En él se describe cómo una disminución de la glucosa por debajo de los 50 mg/dL puede inducir un coma hipoglucémico, un estado en el que la actividad cerebral se aplana o interrumpe por completo.

Aunque puede revertirse mediante la administración de glucosa intravenosa, el riesgo de secuelas neurológicas importantes es elevado.

El daño neuronal es una de las consecuencias más severas, ya que el cerebro depende casi exclusivamente de la glucosa como fuente de energía para mantener sus funciones vitales.

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Altos niveles de insulina podrían afectar el cerebro. Foto: Canva.

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¿Qué sucede en el cerebro durante la hipoglucemia?

De acuerdo con Massieu Trigo, su equipo trabaja con modelos animales para estudiar cómo responden las neuronas ante niveles bajos de glucosa.

El hallazgo principal es que, al no recibir suficiente energía, las neuronas interrumpen procesos vitales y eventualmente mueren.

Uno de los órganos celulares más afectados es la mitocondria, encargada de producir ATP, la molécula que abastece de energía a la célula. Sin ATP, la neurona no puede sostener sus funciones.

Otro afectado es el retículo endoplasmático, donde se sintetizan y pliegan las proteínas. Este proceso de plegado es indispensable para que las proteínas funcionen correctamente.

En ausencia de energía, el mecanismo falla y las proteínas se acumulan en formas defectuosas, lo que provoca estrés celular y desencadena la muerte neuronal.

Además, en condiciones de hipoglucemia severa se generan especies reactivas de oxígeno (ROS), compuestos tóxicos que dañan proteínas y membranas celulares.

Aunque el organismo activa defensas antioxidantes para contrarrestar el daño, estas no siempre son suficientes.

Experimentos en modelos animales

Para comprender mejor este proceso, los investigadores aplicaron dosis elevadas de insulina en modelos animales, reproduciendo una hipoglucemia aguda similar a la que puede sufrir un paciente con diabetes tipo 1 al excederse con la insulina.

Los síntomas simulados iban desde mareo y confusión hasta la pérdida de la conciencia. En los casos más graves, se presentó un coma hipoglucémico, donde la actividad cerebral se detiene.

Un hallazgo importante fue que las neuronas intentan defenderse deteniendo temporalmente la producción de proteínas defectuosas y activando mecanismos antioxidantes. Sin embargo, si la falta de glucosa persiste, estas defensas se ven sobrepasadas.

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Altos niveles de insulina podrían afectar el cerebro. Foto: Canva.

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Cómo prevenir episodios agudos de hipoglucemia

Los pacientes con diabetes tipo 1 suelen experimentar episodios de hipoglucemia leve con cierta frecuencia. Aunque algunos los consideran “normales”, descuidarlos puede ser riesgoso, ya que se incrementa la probabilidad de que ocurra una baja de glucosa severa.

La clave está en la prevención y el monitoreo constante.

  • Registrar los episodios: anotar cada bajada de glucosa ayuda a detectar patrones y anticipar situaciones de riesgo.
  • Monitorear los niveles de glucosa: usar un glucómetro de manera frecuente o sistemas de monitoreo continuo es fundamental.
  • Evitar dosis excesivas de insulina: siempre seguir las indicaciones médicas y no automedicarse.
  • Mantener una alimentación equilibrada: ingerir colaciones pequeñas entre comidas puede reducir el riesgo de hipoglucemias prolongadas.

En caso de síntomas de hipoglucemia —temblores, sudoración, mareo, visión borrosa o confusión— la recomendación inmediata es consumir una fuente rápida de glucosa, como tabletas de glucosa, jugo o un caramelo. Si los síntomas son graves, se debe buscar atención médica de urgencia.

La insulina es un tratamiento indispensable para la diabetes tipo 1, pero un mal manejo puede tener consecuencias severas. La hipoglucemia profunda no solo afecta el bienestar inmediato del paciente, sino que puede provocar daño neuronal irreversible.

La prevención, el monitoreo constante y el acompañamiento médico son esenciales para reducir riesgos. Con una atención adecuada, es posible mantener el control de la enfermedad sin exponer al cerebro a este tipo de complicaciones.