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Otra vez, Trump

Yuriria Sierra

Yuriria Sierra

Nudo gordiano

Aun sin pandemia, sabíamos que éste sería un año complicado. México tenía ya una agenda saturada de pendientes: malas condiciones económicas e incertidumbre, inseguridad y violencia, inicio del proceso rumbo a la elección intermedia, por decir algo. Además, teníamos presente que nuestro país sería, otra vez, elemento discursivo en aquella otra contienda electoral, la que sucederá en noviembre próximo y definirá a quien despache en la Casa Blanca los próximos cuatro años. Para Donald Trump, México es un dardo que dispara cada que desea y necesita emocionar a sus bases; con un panorama poco alentador al interior de su campaña, ¿por qué sería distinto esta vez?

En 2016, Enrique Peña Nieto lo recibió en Los Pinos. Le dio la mano frente a cámaras de todo el mundo y ante la mirada atónita de quienes escuchamos las tantas veces que Trump se refirió a nuestros connacionales como delincuentes: “Cuando México nos manda gente, no nos manda a los mejores. Nos manda gente con un montón de problemas, que nos traen crimen, droga, violadores…”. A esto se le sumó la promesa de un muro fronterizo pagado por México. El candidato republicano usó ese momento para su campaña: pese a todo, recibió el visto bueno de México, a diferencia de Hillary Clinton, la aspirante demócrata que no se encontró ni con el Presidente ni con representantes del gobierno mexicano de aquel entonces.

Cuatro años después, parece que esa postal volverá a llegar. Las razones, las mismas. Será Andrés Manuel López Obrador quien se encuentre con Trump, esta vez en Washington, D.C. La entrada en vigor del T-MEC, el pretexto. El agradecimiento por los respiradores vendidos por empresas estadunidenses al gobierno mexicano, el plus. Sin embargo, en la sombra está la urgencia que Trump tiene por validarse ante sus seguidores. Durante su mandato, México continuó como ese dardo que lanza al blanco cada que necesita un factor de disfrazada legitimidad. Cuando no consiguió fondos para el muro, aseguró que, de alguna forma u otra, México lo pagaría. Cuando aparecieron las caravanas migrantes, celebró la presencia de la Guardia Nacional en la frontera, no sin antes lanzar amenazas arancelarias. Aunque siempre dirigiéndose con amabilidad a López Obrador, un gesto que no tuvo con Peña Nieto.

Y este 2020, su carrera por la reelección no camina sobre alfombra. En encuestas publicadas por Fox News, su medio aliado, Trump aparece 12 puntos debajo de Joe Biden, el rival demócrata. Las protestas tras el asesinato de George Floyd atizaron el debate sobre el racismo y el abuso policial. Su respuesta no fue distinta a lo esperado; a inicios de esta semana, en Twitter, Trump dio eco a videos en donde se ven agresiones de hombres afroamericanos, una provocación para alimentar el encono en sus seguidores. La pandemia, además, llegó a EU con una fuerza no vista en otros países. Casi 2 millones 500 mil contagios y 122 mil muertos en un territorio donde el presidente no usa cubrebocas y justifica las protestas de quienes están contra el confinamiento.

A Trump le urge validación. Y México parece estar a punto de repetir un episodio que en 2016 le costó mucho descrédito al gobierno de aquel entonces. Y parece que el trazo es el mismo, pues tampoco habrá encuentro con Biden, el candidato demócrata, ni siquiera hay confirmación aún de Justin Trudeau, el otro involucrado en el nuevo tratado comercial. Resta esperar si el momento tiene bono electoral allá y cuál será costo político acá.

ADDENDUM. Contra lo que se ha venido inflando en torno al caso Cruz Azul, el presidente de la Federación Mexicana de Futbol, Yon de Luisa, puso el dedo en la llaga y enfrió la calentura que traen varios disidentes y quienes desean sacar al azul de la liga. Advirtió que mientras no se pueda probar la culpabilidad de Billy Álvarez y de la gente de La Máquina en los casos de supuesto lavado de dinero y evasión fiscal, desde la FMF considerarán que son inocentes y les brindarán todo el apoyo, al igual que a las autoridades investigadoras.

El asunto del Cruz Azul es un tema personal, no de la institución y apoyaremos –dijo– no sólo a la gente de Cruz Azul, sino a cualquier persona que en su momento pueda ser investigada. Agregó que estarán abiertos a colaborar también con la UIF o la FGR.

 

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