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Discriminación, la otra pandemia

Yuriria Sierra

Yuriria Sierra

Nudo gordiano

Instinto animal. Ese que se define con el deseo innato de supervivencia, el que actúa en reflejo, ha sido la actitud en la que muchas personas se han instalado en las últimas semanas. Más de las que pensaríamos. Ocurre en México y tantos países más. La razón, nuestra diferencia con el resto de las especies animales y que, asumimos, nos coloca en otro nivel, parece que también se guardó y se puso en cuarentena. Y su ausencia contrasta con esas varias postales que han salido desde diversas partes del mundo. Aplausos, porras, palabras de agradecimiento a quienes, hoy por hoy y quién sabe por cuánto tiempo más, serán los combatientes en primera línea de este momento histórico que nos ha tocado vivir.

“Las enfermeras y doctores portan la peste china, coronavirus…”; “Chofer evita levantar enfermeras, doctores o personal de hospitales…”; “Eviten que estas personas entren a tu negocio, bájalas del Metro…”; “Rómpele su madre al chofer si sube una enfermera a la combi…”; rezan algunos post en redes sociales. Mensajes que han derivado en agresiones físicas: desde estas sugerencias vueltas acciones o rocíos de cloro a personal médico hasta golpes.

“Mientras esperaba mi transporte, dos sujetos en moto me tiraron un huevo en el uniforme (…) Pensé que esta clase de cosas no pasaban en nuestra ciudad (…) Me sentí impotente al no poder hacer nada, mientras ellos se retiraban a carcajadas (…) La acción fue la de un cobarde y es increíble que tengamos que soportar esta clase de agresión o humillación por parte de gente ignorante…”. Lo anterior lo narró Rafael en Facebook, un enfermero que reside en Yucatán.

En nuestro país, al momento suman 32 quejas por rechazo o discriminación relacionadas con la pandemia de COVID-19, informó el Consejo Nacional para Prevenir la Discriminación. La dependencia detalló que en su mayoría, los expedientes se han abierto por racismo a personas con rasgos orientales, amenazas de despido a trabajadores que padecieron COVID-19 y agresiones a personal médico y de enfermería por considerarlos fuentes de contagio. La presidenta del Consejo, Mónica Maccise, lo señaló oportunamente hace unos días en la conferencia de las siete de la noche, donde se da seguimiento a la pandemia en nuestro país.

Y ocurre en México y debemos indignarnos. Aunque ocurre también en todo el mundo y debemos preocuparnos. La propia OMS afirma que este fenómeno es inesperado. Y cómo no. Decepciona terriblemente que el instinto venza a la razón en momentos en que esta última debe ser el pegamento para una sociedad que hoy se asume tan vulnerable. Hay casos de agresiones personal médico en Argentina, Colombia, Estados Unidos, Francia.

“En Toulouse (Francia), Sophie, auxiliar de enfermería, descubrió un papel pegado en su puerta en que un vecino anónimo le pedía no tocar las puertas del edificio, pasear a su perro más lejos y hasta vivir en otro lugar por un tiempo…”, reportó el canal France 3 hace una semana.

Es la razón la única herramienta con la que contamos para combatir a esa otra pandemia. El otro virus producido, éste sí, por el género humano.

 

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